Tillverkare

Libro: Tillverkare
Autora: Deborah Heredia
Editorial: Insomnia Ediciones (abril 2019)
Portada: Vincent L. Ochoa
Género: Ciencia ficción, Fantasía juvenil
Año: 2019
Origen: España
ISBN: 978-84-120020-5-8
Páginas: 347
Puntuación: 7

Reseña: La existencia física se extingue y la única forma de vida migra a un mundo digital conocido como el Revärld. Glöd es uno de sus habitantes y está tan cansado de su eternidad que busca cualquier oportunidad para poner punto final y desaparecer para siempre. A lo largo de Tillverkare nos adentraremos en su vida, su historia y conoceremos a sus compañeros Lit y Blika que hacen lo imposible por devolverle sus ganas de vivir.

Cuando oímos hablar del término ciencia ficción, solemos asociarlo con libros complicados de entender y una jerga científica que reduce la lectura a un grupo de personas con cierto nivel de conocimiento en las materias tratadas. Pero la ciencia ficción tiene muchas modalidades y subgéneros y, sin dejar de ser una novela de ciencia ficción, Tillverkare es muy suave porque todo está expresado con tal naturalidad que se forma un texto dinámico, sin ambigüedades y muy asequible. En este aspecto ha sido esencial el dominio del lenguaje y fluidez demostrados desde los primeros momentos por parte de su autora Deborah Heredia, apoyándose en una acertada narración en primera persona desde el punto de vista del protagonista.

Además de la ambientación y la base argumental de Tillverkare, otro de los factores que despuntan es la construcción de sus personajes y sus respectivas relaciones. Glöd es un alma perdida, una persona con la que empatizaremos con facilidad y a la que odiaremos por su conducta tan destructiva y amaremos por su profundidad. Lit y Blika son sus grandes apoyos y le proporcionan cordura e incluso la felicidad que necesita para seguir adelante. En realidad, Glöd es un personaje muy dulce y el odio que le podamos reservar como lectores no es por ninguna mala conducta, más bien porque ansiamos que cese sus comportamientos autodestructivos, abra los ojos y aprenda a disfrutar de su amistad y de los momentos tan bonitos que se le presentan.

Si los personajes son uno de los grandes alicientes de esta novela, os podéis imaginar el mar de emociones que os esperan con temas tales como la amistad y el amor. Aquí encontraremos toda una lección de aceptarnos como realmente somos en nuestro interior, no por nuestra apariencia, y la esencia del amor verdadero entre personas. Por otra parte, no puede olvidarse que estamos ante una novela juvenil de ciencia ficción y mientras conocemos el mundo con los ojos de Glöd, el arco argumental avanza, invitándonos a reflexionar sobre la preservación del planeta, maldad, segundas oportunidades, esperanza, y contiene una constante crítica a las adicciones.

Tillverkare no es una novela que me recuerde a obras de culto como Ready Player One o Matrix, aunque tenga sus matices, y la considero más bien como una novela muy original e innovadora. Sin embargo, el ansia de Glöd por poner punto y final a su vida de eternidad sí que me recuerda muy bien al sentimiento de hastío que tanto se aprecia en muchos personajes de la literatura vampírica.

En líneas generales, el desarrollo del libro me ha gustado bastante, su ambientación me ha sorprendido y mi lectura ha sido amena. No obstante, desde mi punto de vista me habría gustado mucho más si, por la mitad del libro, la historia mantuviera el ritmo adoptado desde el inicio, pues me pareció que estaba culebreando demasiado. Además, el conjunto de escenas cercanas al final habrían dado mucho juego para ser ampliadas y profundizar en ellas, pues en ese tramo los hechos son algo casuales y sin muchas complicaciones ante conflictos. Por último, si nos detenemos en el final, me ha parecido precioso, escrito con mimo y sumamente evocador.

Tillverkare es una novela juvenil de ciencia ficción donde un mundo digital se abre a nosotros para ofrecernos una historia de amor verdadero y amistad inquebrantable. Un libro ágil y adictivo que nos demuestra el verdadero valor de las segundas oportunidades.