Libro: Omega
Autora: Isabel Pedrero
Editorial: Insomnia Ediciones (marzo 2021)
Diseño e ilustración de la portada: Sara H. Randt
Género: ciencia ficción suave, pulp
Año: 2021
Origen: España
ISBN: 978-84-122227-7-7
Páginas: 226
Puntuación: 8,5
Autora: Isabel Pedrero
Editorial: Insomnia Ediciones (marzo 2021)
Diseño e ilustración de la portada: Sara H. Randt
Género: ciencia ficción suave, pulp
Año: 2021
Origen: España
ISBN: 978-84-122227-7-7
Páginas: 226
Puntuación: 8,5
Reseña:Alexei e Ibán están cansados de la mala vida que llevan, sobreviviendo con pequeños hurtos. Sus expectativas cambiarán cuando a uno de ellos se le ocurre usar la tecnología de teletransporte para robar en entidades bancarias.
Omega nos ofrece un mundo en el que la teletransportación es una realidad implantada a la que pueden acceder los usuarios que dispongan de los recursos económicos necesarios. Tan solo hay que acudir a la agencia más cercana donde acceder a una cámara de teletransporte, pagar y viajar.
Estamos ante un título de ciencia ficción que destaca por su pureza creativa y que, a su vez, es muy light, sin enrevesados conceptos teóricos ni explicaciones que respaldan cada avance implantado. Además, a lo anterior debe añadirse como un gran punto a su favor, la propia escritura de Isabel Pedrero que tiene como resultado un título que gustará a lectores habituales de cualquier género, además de los seguidores de la ciencia ficción.
La autora opta por una narración en tercera persona con una capacidad asombrosa para mostrarnos los pensamientos de los personajes, abriéndolos ante nosotros y haciéndonos partícipes de todas sus sensaciones como, por ejemplo, las que experimentan cuando se teletransportan. El resultado es un texto muy interesante y que nos llega bien hondo y, en este sentido, creo que también juega un papel fundamental la sencillez y elegancia del nivel de lenguaje utilizado, aportando una fluidez tan natural que lo convierte en uno de esos libros que releeríamos una y otra vez y que debe ocupar un lugar privilegiado en nuestras estanterías.
Otro de los puntos fuertes de Omega es cómo sucede su hilo narrativo. Aunque la historia avanza sin descanso, veremos cómo se van formando los grupos de personajes que tiran del carro de la historia y cada uno tiene sus propios intereses que generan conflictos internos.
Una vez terminado el libro, si nos detenemos a pensar sobre la progresión de los personajes, no podremos evitar sonreír al ver lo bien que lo ha hecho la autora. Casi ningún personaje será igual que cuando comienza el libro y, además, sucede sin darnos cuenta, como debe ser, porque estamos con ellos desde que aparecen y seguimos sus sentimientos como una pieza más del arco argumental que conforman.
En base a lo anterior, tengo que reconocer que lo único que no me ha gustado tanto del libro ha sido su final. Está bien, pues cierra muchas tramas pero, en mi opinión, podría haber sido mucho más climático si no dejara en el aire la de dos personajes, que, por cierto, adoro y que sufren daños colaterales por su papel fundamental en la historia. Esta degeneración para mí es otra de las tramas protagonistas y, por eso mismo, junto a un foreshadowing suelto, me duele en el alma no saber más de ellos.
Si el final fuera de mi agrado por completo, os garantizo que consideraría Omega como una obra de culto. Lo estáis leyendo bien: una obra de culto. De cualquier forma, ya sabéis que los gustos de los lectores son muy relativos, que si hubiera una fórmula perfecta para hacer las cosas, todas las obras en el mercado serían obras maestras y, pese al único inconveniente que he apuntado sobre el final, Omega es un título que gustará a lectores de cualquier género, de lectura muy recomendada para quienes sientan un mínimo de curiosidad por el argumento, y, por supuesto, obligada para cualquier amantes de la ciencia ficción.
Cada vez que leemos, aprendemos sobre algo. Gracias a Omega, he podido aprender mucho sobre el arte de la escritura y me ha abierto los ojos para adoptar determinados enfoques. Isabel Pedrero ha sido todo un descubrimiento para mí y, sinceramente, me lo esperaba de ella porque Omega no ha sido el primer texto que leo de la autora y que me sorprende. Ya la conocí por su relato La Casa de la Tormenta de Arena en la antología A la caza de lo invisible, pero Omega no es un relato, es su primera novela y, por ello, la obra más larga que he leído de la autora y os garantizo que lo ha hecho muy bien. Tenedla muy presente porque os puedo asegurar que solo es cuestión de tiempo de que Isabel Pedrero termine siendo el buque insignia de cualquier editorial.
Omega es un título de ciencia ficción muy suave con estilo pulp y una premisa de lo más atractiva de robos con teletransporte. Una lectura muy recomendable para lectores de cualquier género e imprescindible para fans de la ciencia ficción.
Omega nos ofrece un mundo en el que la teletransportación es una realidad implantada a la que pueden acceder los usuarios que dispongan de los recursos económicos necesarios. Tan solo hay que acudir a la agencia más cercana donde acceder a una cámara de teletransporte, pagar y viajar.
Estamos ante un título de ciencia ficción que destaca por su pureza creativa y que, a su vez, es muy light, sin enrevesados conceptos teóricos ni explicaciones que respaldan cada avance implantado. Además, a lo anterior debe añadirse como un gran punto a su favor, la propia escritura de Isabel Pedrero que tiene como resultado un título que gustará a lectores habituales de cualquier género, además de los seguidores de la ciencia ficción.
La autora opta por una narración en tercera persona con una capacidad asombrosa para mostrarnos los pensamientos de los personajes, abriéndolos ante nosotros y haciéndonos partícipes de todas sus sensaciones como, por ejemplo, las que experimentan cuando se teletransportan. El resultado es un texto muy interesante y que nos llega bien hondo y, en este sentido, creo que también juega un papel fundamental la sencillez y elegancia del nivel de lenguaje utilizado, aportando una fluidez tan natural que lo convierte en uno de esos libros que releeríamos una y otra vez y que debe ocupar un lugar privilegiado en nuestras estanterías.
Otro de los puntos fuertes de Omega es cómo sucede su hilo narrativo. Aunque la historia avanza sin descanso, veremos cómo se van formando los grupos de personajes que tiran del carro de la historia y cada uno tiene sus propios intereses que generan conflictos internos.
Una vez terminado el libro, si nos detenemos a pensar sobre la progresión de los personajes, no podremos evitar sonreír al ver lo bien que lo ha hecho la autora. Casi ningún personaje será igual que cuando comienza el libro y, además, sucede sin darnos cuenta, como debe ser, porque estamos con ellos desde que aparecen y seguimos sus sentimientos como una pieza más del arco argumental que conforman.
En base a lo anterior, tengo que reconocer que lo único que no me ha gustado tanto del libro ha sido su final. Está bien, pues cierra muchas tramas pero, en mi opinión, podría haber sido mucho más climático si no dejara en el aire la de dos personajes, que, por cierto, adoro y que sufren daños colaterales por su papel fundamental en la historia. Esta degeneración para mí es otra de las tramas protagonistas y, por eso mismo, junto a un foreshadowing suelto, me duele en el alma no saber más de ellos.
Si el final fuera de mi agrado por completo, os garantizo que consideraría Omega como una obra de culto. Lo estáis leyendo bien: una obra de culto. De cualquier forma, ya sabéis que los gustos de los lectores son muy relativos, que si hubiera una fórmula perfecta para hacer las cosas, todas las obras en el mercado serían obras maestras y, pese al único inconveniente que he apuntado sobre el final, Omega es un título que gustará a lectores de cualquier género, de lectura muy recomendada para quienes sientan un mínimo de curiosidad por el argumento, y, por supuesto, obligada para cualquier amantes de la ciencia ficción.
Cada vez que leemos, aprendemos sobre algo. Gracias a Omega, he podido aprender mucho sobre el arte de la escritura y me ha abierto los ojos para adoptar determinados enfoques. Isabel Pedrero ha sido todo un descubrimiento para mí y, sinceramente, me lo esperaba de ella porque Omega no ha sido el primer texto que leo de la autora y que me sorprende. Ya la conocí por su relato La Casa de la Tormenta de Arena en la antología A la caza de lo invisible, pero Omega no es un relato, es su primera novela y, por ello, la obra más larga que he leído de la autora y os garantizo que lo ha hecho muy bien. Tenedla muy presente porque os puedo asegurar que solo es cuestión de tiempo de que Isabel Pedrero termine siendo el buque insignia de cualquier editorial.
Omega es un título de ciencia ficción muy suave con estilo pulp y una premisa de lo más atractiva de robos con teletransporte. Una lectura muy recomendable para lectores de cualquier género e imprescindible para fans de la ciencia ficción.
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