We love Katamari

Nombre: We Love Katamari
Duración: Alrededor de unas 10 horas
Jugabilidad: Alta
Género: puzzle
Plataforma: Ps2
Puntuación: 9
Reseña: Tras el arrollador éxito de Katamari Damacy, y aunque nunca llegó a nuestro país, podemos disfrutar de su segunda parte We love Katamari que analizamos a continuación.

Para comenzar, es preciso explicar en qué consiste su primera parte titulada como Katamari Damacy y sus personajes. Un día, el Rey del cosmos que volaba borracho por el espacio, colisionó con todas y cada una de las constelaciones. De esta forma, el espacio quedó sin estrellas ni planetas. Para arreglarlo, tuvo la genial idea de hacer uso del katamari.

El katamari es una esfera, dotada de algunas protuberancias, que tiene la capacidad de atraer a todo objeto de menor tamaño que el suyo. La idea del Rey del cosmos no fue otra que mandar a su sucesor “el príncipe” a determinados lugares del planeta Tierra, para recoger objetos, hasta hacer un katamari lo suficientemente grande como para mandarlo al espacio y simular un astro.

Ahora, en su segunda parte, We love katamari, “el príncipe” prestará atención a algunos terráqueos con problemas que solucionará con ayuda del katamari que tan popular se ha hecho entre ellos. Así, encontrará a un luchador de sumo que no es lo suficientemente voluminoso como para vencer a su adversario, un chico que necesita ayuda para ordenar su habitación, e incluso unos peculiares Hansel y Gretel que quieren acabar con una casita hecha de chucherias.

Si la idea de juego de la saga Katamari es muy innovadora y original, mayor aún será la gran adicción que crea en sus jugadores. Todos los personajes que podremos usar son unas criaturitas, minúsculas y muy graciosas, con rostro cilíndrico soportado por un debilucho cuerpecillo con finos brazos y piernas. En cambio, el Rey del cosmos, pese a tener una enorme cabeza de análoga forma geométrica, es un ser enorme, majestuoso y muy fornido.

Al igual que en su primera parte, el protagonista principal sigue siendo “el príncipe”, el cual hará conocer al Rey del cosmos los problemas de los ciudadanos para que éste pueda resolverlos. Todos se solucionarán mediante la absorción de objetos con un katamari.

Es fascinante ver rodar una pequeña bola en una habitación que comienza adhiriendo pequeños objetos como pueden ser chinchetas, cerillas, botones, ... así va creciendo hasta poder adherir objetos mayores como pueden ser gomas, piezas de puzzles, lápices, adquiriendo un tamaño capaz de atraer objetos tales como la calculadora, ratones, cartuchos de consolas, un gato, un perro, un niño, un adulto, ... este crecimiento y poder del katamari crea gran satisfacción en el jugador.

Nuestras fases preferidas son en las que “el príncipe” comienza rodando su katamari por la ciudad, adheriendo pequeños objetos como papeles, basura, botellas, macetas pequeñas, incrementando su tamaño para pasar a absorber personas, motocicletas, cubos de basura. No obstante, la mejor de las sensaciones llega cuando el katamari es tan grande que se mueve con dificultad entre las casas y comienza a adherirlas. De esta forma puedes ver cómo el paisaje se ve modificado al desaparecer las personas, vehículos, casas, edificios, montañas, nubes. En definitiva, la saga katamari es genial.

La jugabilidad de We love katamari es muy alta y el manejo del katamari resulta algo innovador. Para ponerlo en marcha, se usarán ambos botones analógicos del mando, mediante movimientos simultáneos. Además, la saga katamari ofrece la posibilidad de que dos jugadores, cada uno con su katamari, se batan en un duelo.

Por otra parte, la gran mayoría de fases consiste en adherir objetos hasta que el katamari adquiera un tamaño mínimo, en un tiempo estipulado. Tras solucionar los problemas de los terráqueos, éstos acabarán por regalarle el katamari repleto de objetos adheridos al Rey del cosmos, el cual lo lanzará al espacio para convertirlo en un planeta. Tras superar una fase, se obsequiará al jugador con un video en el que se explica la dura infancia del Rey del cosmos hasta llegar al trono.

La OST de este videojuego es directamente proporcional al frikismo del jugador. Es capaz de sonar constantemente en tu cabeza aunque lleves días sin jugar, adictiva, envolvente y tan pegadiza como extraña. Para finalizar, sólo podemos apuntar que el nombre de esta segunda parte de Katamari Damacy es ideal pues...

We love Katamari!!!

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