domingo, mayo 24

Entrevista A la caza de lo Invisible

domingo, mayo 24

—Por la orden intergaláctica 7VC25, los acusados se someten a juicio bajo pena de muerte.
—Hummm. Empezamos fuerte. ¿Qué me traes?
—Los aquí presentes han cometido las infracciones más perseguidas del Universo: viajes en el tiempo, guerras interplanetarias, captura de humanos, llevarlos a la tecnocracia, localizar especies extintas, esclavitud encubierta, tratar de cambiar el futuro, crear realidades paralelas, y espionaje bélico, entre muchas otras.
—Ya lo veo en sus expedientes… gente dura. Veamos de qué pasta están hechos.


ALFRED ALMASY (Nuestros vecinos humanos)

¿Cómo se te ocurrió la idea de crear Nuestros vecinos humanos?
¡Hola! Antes de nada, gracias por invitarme a vuestro maravilloso blog. La idea de “Nuestros vecinos humanos” se me ocurrió bastante antes de que saliera la convocatoria. El objetivo en mi cabeza era plasmar una imagen amistosa de los alienígenas, que solemos ponerles de malos (y feos) en toda nuestra cultura. ¿Y si todo fuera un malentendido? ¿Y si llegaran a la Tierra para algo tan inocente como, no sé, hacer un documental con los que los habitantes de Marte puedan echarse una siestecita delante del sofá? Creo que ese es el germen de la historia: ¡una visión optimista del “otro”!
Fuiste el ganador de la antología, ¿esperabas ese resultado?
¿Yooo? ¿El hijo de la Paloma, ganador de una antología? Ni de broma. Cuando la editorial anunció los seleccionados, seguí el hilo hasta el quinto o sexto resultado. No pensaba que fuera a llegar más allá con mi historia de marcianicos (y seguro que no fue nada fácil para el jurado, vista la calidad de los otros relatos). Cuando vi mi nombre ahí, en primer lugar… bueno, se me cayó el móvil al suelo. Me quedó una pequeña brecha en la pantalla como recuerdo.
Tu relato, aunque contiene un trasfondo crítico sobre la sociedad, no está exento de humor. ¿Recurres al humor en todos tus trabajos?
¡Al revés! Mi objetivo es ser un escritor todoterreno. Tengo historias con humor, terror, fantasía, sci-fi, drama, realismo y romance, o una combinación de todo lo demás. Algunos se me dan mejor que otros, pero me gusta pensar que estoy desarrollando mi capacidad con todos. De todas formas, los relatos de humor siempre han sido mis favoritos.


ASUN BLANCO COBELO (El libro de Cristal)

Tu relato es muy fluido y sabe arrancar alguna que otra sonrisa, ¿suele ser tu estilo como autora?
Para responder de forma correcta a esta pregunta tendría que aclarar dos conceptos que manejo: estilo y voz.
Creo que todas las autoras y autores tenemos un estilo propio que nos hace “sonar” de una manera particular y que es común a todos nuestros textos. Es “nuestra voz”, por así decirlo, la que subyace a todo lo que escribimos.
Pero sin embargo, cuando voy a escribir un micro, un artículo, un relato o una novela, lo primero que hago es buscarle “la voz al texto”. Antes de nada, necesito saber cómo quiere ser escrita esa idea, cómo pide expresarse. Así que soy una autora con estilo propio pero con muchas voces diferentes. Casi tantas, como textos tengo escritos: prosa poética, irónica, coloquial, filosófica…
¿Cuál es tu género preferido como autora y lectora?
Soy lectora de literatura en el sentido de que han sido muy pocas las incursiones que he realizado en otros géneros.
Como escritora, aunque la mayor parte de mi obra también se mueve en el ámbito de la “literatura” (por dar un nombre a lo que queda fuera de los géneros), el abanico es un poco más amplio, ya que también tengo obras de Ciencia Ficción y de Viajes, porque ambos mundos me gustan mucho.
Recomiéndanos tres autores-as españoles-as.
Por lo general, yo busco obras y no autores-as, pero bueno, por no esquivar la pregunta recomendaré:
Nada de Carmen Laforet
El mismo mar de todos los veranos de Esther Tusquets
La vieja sirena de José Luis Sampedro
Afortunadamente, estos tres nombres pueden intercambiarse por otros muchos imprescindibles de nuestra literatura.


LUIS HENRIQUEZ (Recuerdos prospectivos)

Si tuvieras más tiempo para alargar tu relato, ¿qué te gustaría incluir?
Gracias a “Estantería de Cho” por haberse interesado en nuestro trabajo. “Recuerdos prospectivos” se escribió específicamente para el concurso de relatos propuesto por Insomnia Ediciones así que, estrictamente, pude contar lo que quise ajustándome a las normas que nos daban. Ahora, la editorial nos ofrece ir un poco más allá y nos da la oportunidad de escribir una novela corta conectada de alguna forma con el relato. En ese sentido, he podido expandir el universo de “Recuerdos prospectivos”, crear nuevos personajes en torno a la historia y dar una vuelta de tuerca conectando los viajes en el tiempo con los viajes en el espacio, con la defensa de la libertad como telón de fondo.
Recuerdos prospectivos nos muestra un posible futuro con muchos avances incorporados en los propios humanos y goza de un estilo descriptivo muy dinámico. ¿Cómo piensas que ha evolucionado la literatura de ciencia ficción desde la época de HG Wells?
Muchas gracias por la crítica positiva hacia el relato. La literatura de ciencia ficción ha ido siempre un paso por delante de la propia ciencia, siendo, en más de una ocasión, agorero de lo que estaba por venir. En el fondo, nada de lo que está pasando ahora mismo en nuestra sociedad no ha sido escrito de una forma u otro por autores de ficción o ciencia ficción. La ciencia ficción como género literario ha crecido muchísimo desde finales del siglo XIX, retroalimentándose de los avances científicos y los cambios sociales profundos. En mi opinión, llegó a su máximo esplendor en la década de los sesenta y setenta, aunque la popularización del género fue una década anterior. La colonización del espacio o la convivencia con robots ha dado paso a temas que tienen la bioética de fondo y los avances tecnológicos como némesis del crecimiento del espíritu humano. Pero en el fondo, buscan lo mismo: despertar conciencias. Wells es, sin duda, uno de mis autores preferidos —especialmente “La máquina del tiempo”—, aunque el estilo que más me gusta es justamente el creado en la década de los sesenta-setenta. A pesar de ello, hay autores modernos muy buenos y, desde luego, hay mucho potencial en autores que se mueven en círculos más independientes.
¿Cuáles son tus indiscutibles autores referentes?
Esta pregunta es siempre difícil de responder. Siento un enorme cariño y admiración por un amplio grupo de autores que decidieron apostar por este estilo literario —la hermana huérfana y pobre de todos los estilos— en vez de dedicarse a otras cosas mucho más lucrativas. Ese amor al arte es muy inspirador. No obstante, intentaré responder a la pregunta. Sin duda, Frank Herbert —autor de la saga “Dune”— es uno de mis autores preferidos: el universo creado y la trama política es sublime. El primer volumen es, sin duda, de lo mejor que se ha escrito en el género. Otro autor de referencia para mí es William Gibson. Cuando leí, siendo adolescente, “Neuromante”, quedé prendado por un estilo único, no solo en la forma de escribir —Gibson es a ratos muy psicodélico— sino en el mundo creado. Los seis libros que componen sus dos trilogías clásicas son un tesoro bien guardado en mi biblioteca. Desde entonces, el subgénero ciberpunk —ahora llamado transhumanista— es de mis favoritos. Y por último, Philip K. Dick, autor de “Sueñan los androides con ovejas mecánicas” —conocida como “Blade Runner” por su adaptación al cine— y por tener una colección de cuentos absolutamente maravillosa. Entre mis autoras preferidas están Ursula K. Le Guin, Mary Shelley —“Frankenstein” es considerada la primera obra de ciencia ficción— y James Tiptree Jr, pseudónimo de Alice Bradley Sheldon, que es autora de una de mis libros preferidos: “En la cima del mundo”.


KATTY COOL (Una misión complicada)

¿Por qué Katty Cool?
Soy bastante reticente a dar mi nombre en general, no solo por privacidad, sino porque crea un poco esa sensación de escudo. El nick me viene desde pequeña, contiene parte de mi nombre real y un cúmulo de cosas. Es en mayúsculas porque es como escribía siempre en Internet. Para alivio de todos me pasé a las minúsculas hace unos años, aunque el nick se quedó así. “Cool” me sonaba bien entonces, ahora creo que me hace parecer pretenciosa, jaja, pero siempre fui KATTY, incluso en mi circulo cercano, así que es casi una necesidad que se me reconozca con ese nombre. Como apunte, se pronuncia “Cati”.
¿Cuál es tu mayor deseo literario a corto plazo?
Seguir avanzando, terminar proyectos siempre sube el ánimo. Tengo una novela y una novelette por corregir y estoy empezando a escribir otra con la que estoy muy ilusionada. Estos dos últimos años publiqué varios relatos en algunas antologías no profesionales y creo que ahora debería dar prioridad a finalizar alguno de esos proyectos.
Cuando decidiste participar en la convocatoria de A la caza de lo invisible y comenzaste a pensar relatos, ¿qué ingredientes querías que tuviera Una misión complicada para entrar en la antología?
Pues fue un experimento. Nunca había escrito ciencia ficción antes de “Una misión complicada”, pero tenía bastante claro que debía aparecer mucho equipamiento táctico, tecnología con neones, meterlo todo en un escenario postapocalíptico y por supuesto, que fuera algo entretenido y original. Disfruté mucho escribiéndolo y espero que se disfrute leyéndolo también.


LAURA ARENAS (La Decisión de Raleigh)

¿Con qué finalidad escribiste La decisión de Raleigh?
La primera vez que me senté al ordenador en esta aventura, mi idea era enfrentarme a un reto. Me encanta la ciencia ficción pero me parece que es un género muy complicado porque tiene que, en mi opinión, conjugar una cierta verosimilitud con lo imposible. Tener los pies bien plantados en el suelo cuando la cabeza está en las nubes. Y lo de soñar lo llevo bien, pero la ciencia… Así que traté de conjugar la idea de ciencia ficción con una narración más tradicional, con un aspecto casi de cuento. Por otra parte, me atraía la idea de un mundo tan alejado del nuestro, en el que se difuminan las fronteras entre lo orgánico y lo tecnológico. Quería probar cosas nuevas y mezclar todo lo que me gusta y así nació Raleigh, con sus dioses y su niña.
En tu relato, ciencia ficción está ligada a la religión. ¿Lo pensaste así desde que comenzaste a escribirlo o te fue surgiendo sobre la marcha?
El germen para este relato vino, de hecho, de la idea del sacrificio a los dioses. Solo que los dioses no eran lo que parecían. Me vino la imagen de un bosque de cables y altas montañas de deshechos tecnológicos y, en medio, la niña de Raleigh. De ahí, empezó el proceso de hacerme preguntas. ¿Qué pudo llevar al pueblo a sacrificarla? ¿Cómo se ha deformado la sociedad de esta forma? Hay un concepto que me gusta mucho y es cómo las tradiciones muchas veces están enraizadas en acciones que tuvieron su razón de ser en su momento pero cuyos motivos se pierden. Solo queda la fuerza de la costumbre y el simbolismo y, cuando se repitan los problemas ¿sabremos qué hacer para enfrentarnos a ellos o estaremos perdidos y abrazados a la fe como niños con miedo a la oscuridad? La religión es muy importante en Raleigh cuando las cosas van mal y se olvida cuando van bien. Pero el mayor problema es que podría ser la respuesta a muchos problemas, solo que se ha perdido el verdadero conocimiento en el que se basa.
¿Te has inspirado en algo para crear el personaje de Raleigh?
Raleigh es una especie de Mowgli, que ha crecido muy lejos de la sociedad humana y que se siente más cómoda con las máquinas que con sus congéneres. Es un poco salvaje, mi hija. Pero lo que más me venía a la cabeza cuando la escribía era la estética de las heroínas del cine de ciencia ficción: Ripley, Sarah Connor… Incluso las conexiones que usa Raleigh me las imaginaba como las que se usan para conectarse a Matrix en la película.
La primera escena del relato me surgió un día esperando el tren en una estación subterránea de Madrid. Miraba las baldosas desgastadas y seguía su patrón roto con los ojos una y otra vez, pensando en la vida bajo tierra, protegida de los elementos. El pueblo de Raleigh nació en Méndez Álvaro.


MERCÈ HOMAR MAS (El Cazador de Mopis)

¿Guarda relación El Cazador de Mopis con tu novela Botanic Time?
Sí, comparten el mismo mundo y la misma época. En realidad, Sebastián Clark y los mellizos Meriwether son colegas y se conocen desde hace tiempo. Me veo a Sebastián y a August compartiendo teorías sobre animales y plantas.
¿En qué idea te basaste para escribir tu relato?
Lo primero que se me ocurrió fue la profesión, criptozoólogo, me parecía algo de lo más interesante y de ahí ya construí al personaje de Sebastián.
La criptozoología es una pseudociencia que quiere demostrar la existencia de los críptidos que son animales de cuya vida no hay pruebas empíricas.
Como los personajes provenían de un mundo victoriano con toques steampunk decidí traerlo a mi terreno, Mallorca para que buscaran a los Mopis. Si queréis saber lo que es un Mopi tendréis que leer el relato ;)
¿Cabría la posibilidad de que algunos de tus personajes de El cazador de mopis apareciera en otros de tus trabajos?
No lo descarto. Sebastián es un personaje a la que le tengo mucho cariño y tengo planes para él. Quien sabe, puede que incluso tenga su propia aventura.


ISABEL PEDRERO (La Casa de la tormenta de Arena)

¿Qué hizo decantarte por una ambientación arábiga?
Una de las cosas que siempre me han gustado de Wells son sus ambientaciones. Siempre están llenas de un exotismo fantástico, que te transportan a lugares mágicos. La ambientación arábiga simplemente llegó. Pensé en alguna ambientación que se pudiera parecer, aunque fuera remotamente, a esas maravillas que nos mostraba Wells y la imagen de Las Mil y Una Noches vino a mi sin más.
Cuando te decidiste a escribir el relato para esta antología, ¿por qué escogiste como referencia La puerta en el muro de HG Wells?
Yo crecí leyendo a Wells (entre otros) y siempre me han llamado muchísimo más la atención sus relatos cortos antes que sus novelas. Me parece que tienen una magia y una delicadeza maravillosas. Entre todos, La Puerta en el Muro es de mis favoritos y cuando se convocó el concurso no tuve ninguna duda de que quería basarme en él. Es una búsqueda incesante de la felicidad, por encima de todo. Al fin y al cabo, ¿no es eso lo que hacemos todos?
¿Qué es lo que más trabajo te costó escribir de tu relato?
Lo que me resultó más difícil, con mucha diferencia, fueron las descripciones. Wells se caracteriza por unas descripciones fabulosas, con un nivel de detalle impresionante que consigue transportarte allí con todos los sentidos. Por norma general yo soy una escritora Pulp. En mis escritos siempre prima la acción y utilizo descripciones únicamente cuando es imprescindible para la trama. Este relato lo escribí como un reto personal, intentando acercarme (en la medida de lo posible) a ese estilo tan característico de Wells y que tan alejado está de mi zona de confort.
Pregunta extra del fiscal: Aprovechando que vas a publicar una novela con Insmonia, muchísimas felicidades por cierto, nos gustaría que nos dijeras qué es lo que más te gustó escribir de ella.
Omega, la novela que voy a publicar en febrero 2021 con Insomnia, es una novela que me apetecía escribir. La escribí disfrutándola, simplemente contando algo que a mí me gustaría leer y sin plantearme nada más. Se puede decir que la escribí para mí.
Desde adolescente siempre me ha gustado mucho la literatura Pulp y, sobre todo, su versión más noir. Me gustan ese tipo de historias simples, esas que lees para disfrutar de un rato de entretenimiento sin más, y me apetecía hacer algo similar. En Omega cuento la historia de unos atracadores de bancos que aprovechan el teletransporte para colarse en las cajas fuertes. Lo que más disfruté escribiendo, sin ninguna duda, fue el personaje de la investigadora privada que les sigue la pista. Es un personaje sin nada del glamour que suele rodear a los investigadores privados, tan normal que me encariñé con ella a la primera línea. Es mi preferida, y creo que se nota.


DIEGO SALCEDO (Recuerda olvidarme)

¿Qué es lo que más te gusta de tu relato?
Aunque parezca extraño, el cuento está basado en una experiencia real. Una en la que no hay viajes en el tiempo, claro, un hecho nimio y sin sentido relacionado con la mariposa gitanilla y la flor nomeolvides.
Durante mucho tiempo he estado escribiendo cuentos sobre las distintas formas de memoria, desde el simple recuerdo al recorrido de la vida de los antepasados. Una forma de memoria total sería el viaje en el tiempo.
Así que mezclando ambas cosas, memoria y realidad, armé una historia de amor. No soy muy partidario de las historias románticas y mi mayor miedo era resultar cursi o ñoño, cosa que no sé si he conseguido o no.
Lo que más me costó fue mantener un estilo lo más evocador posible, poético, que coincidiera con la tendencia que tenemos de adornar el pasado.
¿Con qué autores te haría ilusión compartir antología?
Me gustaría volver a participar en algo con todos los autores de «A la caza de lo invisible». Gracias a Insomnia he tenido la oportunidad de conocer personalmente a Iván Mayayo, A.R. Medina, Alfred Almasy, Isabel Pedrero y Mercè Homar. Fue una experiencia magnífica que me encantaría repetir.
En cuanto a otros autores españoles, lo más de lo más sería que mi nobmre apareciera junto a los de Ferran Varela, Emilio Bueso, Eduardo Vaquerizo… y la lista es tan larga que mejor lo dejo ahí.
Me gustaría nombrar a un amigo de mi juventud, Diego Arboleda, que fue Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2013 y que tiene historias maravillosas en su haber. Echo de menos las conversaciones que teníamos sobre literatura y colaborar en algo sería la excusa perfecta para retomar esas charlas.
¿Cómo aprendiste a escribir y crear historias?
Recuerdo vagamente que cuando era muy pequeño creaba historias para mis compañeros de clase. Siempre me ha gustado vivir en Babia, en la Inopia y en las Nubes. Después llegó la lectura y de forma natural, creo, intentar escribirlas.
Una de las grandes ventajas que he tenido es la enorme colección de libros que tiene mi padre. Cuando cumplí los quince años me había leído casi toda la colección Obras Maestras de la Literatura Contemporánea, de Seix Barral, con autores como Borges, Cela, Carpentier, Vargas Llosa, Camus, Joyce, Miller, Mann, Musil, Pasternak, Kippling, Onetti, Nabocov… y desde entonces no he parado. Sin duda, la mejor formación, que complementada con los estudios de literatura en la universidad, te ayudan a saber qué es estructura, diferenciar entre narrador y narratario, puntos de vista y todas las herramientas que conforman las técnicas narrativas.
A veces miro el fajo de papeles que conservo de épocas remotas y estoy tentado de releer algo, pero siempre se queda en el intento y el polvo sigue cubriendo esos primeros pasos. Más recientes (es un decir), tengo un montón de material en disquetes de 5” ¼ que no sé cómo rescatar, si es que no se ha borrado ya la información. Mirar esos vestigios sin destaparlos es una forma de decirme a mí mismo que si sigo escribiendo es porque me gusta.
Ahora, cuando escribir se convierte en algo pesado e ingrato, releo cuentos de Truman Caponte o F. Scott Fitzgerald, para mí el mejor aliciente para mantener el deseo de contar una historia.


IVAN MAYAYO (Laberinto de Fantasmas)

Me llamó mucho la atención que, en tu relato, el interior de una vivienda fuera como un ser vivo. ¿Por qué?
Pienso que darle vida a la casa es un elemento recurrente en el terror pero, en mi caso, cuando visité Barcelona por primera vez me impresionó mucho poder visitar la obra de Gaudí. En la Casa Batlló hay una parte de la vivienda que simula el interior de una ballena. En ese momento imaginé cómo sería estar caminando por el interior de un animal gigantesco. Es por eso que intenté reflejar esa sensación de cierta claustrofobia en el relato.
¿Por qué le titulaste Laberinto de fantasmas?
La verdad que es bastante simple aunque creo que no puedo contestar sin hacer spoiler. Los saltos en el tiempo y sus paradojas me recuerdan a un laberinto de idas y venidas. Por su parte los viajeros del relato son incorpóreos y se confunden con espectros.
Haznos un pequeño resumen de tus publicaciones en 2019. ¿Qué tal tus previsiones para el 2020?
Estoy muy contento del año 2019. Además de en A la caza de lo Invisible, participé en otras dos antologías: Fernweh: rumbo a lo desconocido de Literup y en De matar también se sale publicada por Amanecer. Aparte he colaborado con otras webs y revistas digitales, como NGC3660 o miNatura.
En 2020 he mantenido mis colaboraciones, preparando una novelette y estoy ejerciendo por primera vez de jurado para las convocatorias de «El kraken liberado» y «Avenida Noir». Que me pidiesen participar en estos proyectos ha sido para mí un verdadero honor.


A.R. MEDINA (Estudio Breve de la Amenaza)

De todas las armas, máquinas y medios que aparecen en tu ensayo, ¿cuál es el que te haría más ilusión utilizar?
Claramente, en un Mecha de combate cuerpo a cuerpo. Es un Mecha trípode con armas de corto alcance. Tienen una importancia muy grande en la victoria de la Alianza Humana y cobra protagonismo en la historia larga que estoy escribiendo ahora. Incluye armas increíbles como una especie de brazo cortante que recuerda a las katanas. Para alguien que se crió entre Mazinger Z y Transformers, esto es como volver a conectar con mi "niño flipado" con los ojos adultos de ahora.
¿Has llegado a pensar alguna vez que tu relato está tan trabajado que podría derivar en una obra mucho más larga?
Pueeeeessss… (Leer con voz de político:) Me alegra que me haga esa pregunta. Ja, ja, ja. Mi relato es raro. Está escrito simulando un ensayo (con sus fuentes y bibliografía incluida). Esto lo hace original, pero también esconde una historia maravillosa. Una más clásica, mezclando la aventura, la fantasía y el steampunk. Justo ahora estoy trabajando en eso. Estoy con una historia mucho más larga en la que me centro en uno de los pilotos de Mechas, en cómo se acaba enredando en la batalla contra el Ser (La Amenaza) a pesar de ser profundamente antibelicista.
El problema, como decías, es que he investigado y cocinado tanta información (mezclando realidad y ficción hasta confundirlas) que temo que la historia se me vaya de las manos. Pero no puedo evitarlo: me encanta documentarme tanto o más que la propia fase de escritura. Tengo un sprungeador de información, como en la serie Futurama (guiño para frikis avanzados XD).
¿Te imaginabas que un ensayo podría entrar en la antología?
Con toda sinceridad, nada más enviarlo le dije a mi pareja que o lo descartaban a la primera o entraba en la antología. Intuía que no habría término medio. Es de esos relatos que lo amas o lo odias, precisamente porque no es un relato al uso. Fue una "paja mental" muy grande que, al parecer, salió bien, je, je, je.
Era algo arriesgado, pero estaba en una etapa de mi vida en la que quería evolucionar como escritor. Y pienso que una de las maneras para evolucionar es la de investigar y arriesgar con nuevas formas, géneros, estilos y personajes. Por supuesto, estaba el riesgo de llevarme un batacazo, pero hasta con el fracaso creo que habría mejorado como escritor.
Ahora solo queda desquitarme contando la gran historia que creo que se esconde detrás de este ensayo.


–Disculpe, su señoría, debe de pronunciar su veredicto.
–Ehm… yo… Un momento, que esto es importante. ¿Cómo dices que se llamaba la antología?
–Dejémonos de juicios y pásate a comprar un ejemplar. Aprovecha que están todos y que nos lo firmen.
—Y los ejecutamos, ¿verdad?
—Luego los soltamos, cretino. ¿No ves que estos autores deben seguir escribiendo?

2 comentarios:

KATTY COOL dijo...

Ayyy, ha quedado genial ^^ muchas gracias plr la entrevista💙 fue muy divertido y me hizo mucha ilusión.
¡Saludines!

.KATTY Cool.

Scabbers dijo...

Muy bueno!! No maten a los autores, hay que ver más material para el futuro (Si no se esfuerzan ¡zlas! en el cuello XD). Saludos desde Argentina

La Estantería de Cho © 2014