Spectrum: El Arte de los videojuegos

Libro de ilustraciones: Spectrum: El Arte de los videojuegos
Título original: Azpiri: Spectrum
Autor: Alfonso Azpiri
Tomos: 1
Editorial: Planeta DeAgostini
Año publicación: 2009
Puntuación: 9,5

Reseña: Titulado como Spectrum, gracias a Planeta DeAgostini, encontramos este peculiar libro de ilustraciones del autor Alfonso Azpiri. Aunque os gustarán los dibujos que en el tomo se compendian, muchos no podréis verlo con la nostalgia que me infunden. Por ello, para que podáis apreciar este tomo como algo más que un libro de ilustraciones, os explico su origen.

En la década de los ochenta, el medio de entretenimiento más parecido a lo que actualmente son nuestras flamantes videoconsolas de última generación, eran unos ordenadores llamados Spectrum, de la marca Sinclair. El mío era un Spectrum +3, de 128k y tenía la novedosa peculiaridad frente a su predecesor (el Spectrum +2) que disponía de unos diskettes como medio de registro de datos. Finalmente, el Spectrum +3 no tuvo tanto éxito como el +2, que usaba cintas de cassette y, justo con la aparición de los primeros pc´s, la industria se quedó obsoleta.

Como es de esperar, los videojuegos de aquella época nada tenían que ver con los actuales. De hecho, sus gráficos eran tan pobres que el mismo jugador hacía uso de su imaginación para disfrutar el juego aún más. ¿Y qué tiene que ver esto con este libro de ilustraciones que mostramos? Todo.

Resulta que Alfonso Azpiri era lo más parecido al ilustrador oficial de las carátulas de los juegos españoles, trabajando para marcas como Topo, Opera y Dinamic. Realizó unas 200 carátulas en toda su carrera para videojuegos para estas casas, siendo estas ilustraciones la carta de presentación del videojuego.

Aunque no tardaron en aparecer revistas especializadas, como Microhobby, para mantener informados a los usuarios, todos nos decantábamos por la compra de un título casi exclusivamente por su portada.

Nunca olvidaremos títulos de esta peculiar época dorada de la programación española como Titanic, Coliseum, Army Moves, Nonamed, Phantomas y, creo que al que más jugué de todos, Camelot Warriors. Curiosamente, las portadas de Azpiri conseguían conectar con el cliente potencial, augurando trepidantes aventuras en el Spectrum y, cuando finalmente jugabas al videojuego, no te importaban los pobres gráficos que se disponían en aquella época. Habías visto la carátula del juego y sabías que aquel hombrecillo que buceaba es el más valiente, fuerte y mejor preparado explorador en busca de tesoros ocultos del videojuego Titanic, lo demás no importaba.

En este libro podemos encontrar ilustraciones del autor, algunas legendarias como las del videojuego Sirwood, así como algunos bocetos e ilustraciones inéditas. También contiene unas viñetas de uno de los personajes más conocidos del autor, Lorna, y algunas carátulas de videojuegos que nunca salieron a la luz.

En mi opinión, el colorido dibujo de Azpiri, formado por trazos evolucionados del dibujo artístico, y con cierto enfoque futurista, es un estilo que iba muy por delante de otros ilustradores de la época. Supo conectar perfectamente con los aficionados a los videojuegos y, de hecho, no era necesario tener conocimiento alguno de dibujo para saber que la mano de un mismo autor estaba en casi todas las carátulas de los videojuegos españoles aunque, sinceramente, a ninguno nos importara su nombre.

Eso sí, supongo que sería por la aún inocente mente de un niño de seis años que prácticamente había nacido con el teclado del Spectrum en sus manos, pero no me esperaba que este ilustrador estuviera tan ligado al dibujo erótico. Para los curiosos, también se les obsequia con algunas tiras de ilustraciones con un suavizado y sugerente erotismo.

En definitiva, Spectrum de Azpiri es un volumen de ilustraciones digno de observar detenidamente e imprescindible para aquellos que alguna vez han jugado con un Spectrum. Este tomo es un regalo que me han hecho unos amigos muy especiales, que me recuerda a la típica edad de la infancia donde no existían problemas ni preocupaciones y, cada vez que me detengo a mirar los dibujos, siento ganas de rememorar videojuegos de Spectrum.