Autor: J. E. Álamo
Género: Novela negra, thriller, sobrenatural
Editorial: Cazador
Cubierta: Paco Mármol
Año: mayo 2018
Origen: España
ISBN: 978-84-94839092
Páginas: 203
Puntuación: 8,5
Reseña: Un día, los muertos regresaron en tropel y Tom Z Stone era uno de ellos. Algunos zombis no tardaron en perder la cabeza, reclamando carne fresca con la que saciar su hambre eterna. Otros, conviven con el resto de humanos e intentan ser aceptados, pero la vida de estos es demasiado dura y hasta sus seres más queridos suelen rechazarlos. Stone es un zombi que aún no ha alcanzado la fase degenerativa y trabaja como detective privado. Sin familia, es un alma en declive que bebe y fuma constantemente, pero también es muy bueno en su trabajo.
Presentada como una novela corta, Tom Z Stone (The Fool on the hill) es una precuela autoconclusiva de la reconocida saga Tom Z Stone, cuyo título hace referencia al investigador privado tan peculiar. Aunque forma parte del género de novela negra, goza de unos interesantes tintes sobrenaturales que considero una propuesta muy brillante y original, y todo un aliciente especial para acercar el género a un amplio abanico de lectores. En mi caso, reconozco que aunque he leído bastante novela negra, inicialmente el género no suele llamarme la atención porque tengo el prejuicio de que sus títulos me van a ofrecer más de lo mismo. Con esta entrega de Tom Z Stone tuve muy claro que iba a encontrar un título diferente y rompedor con el que disfrutaría de lo lindo, siendo unas expectativas que no sólo se cumplieron con su lectura, sino que fueron ampliamente rebasadas.
En líneas generales, Tom Z Stone (The fool on the hill) es un compendio de casos a los que se enfrenta el investigador, pero no por ello penséis que estamos ante simples relatos de relleno con los que pasar el rato, pues al final acabaréis descubriendo la conexión que les unen, formando una novela corta sólida y contundente. Durante la resolución de los casos tendremos la oportunidad de conocer mejor a Stone, comprenderlo y meternos en su piel, así como descubrir a sus aliados y enemigos más frecuentes. En este sentido, los personajes creados por Joe Álamo son brillantes, desde el camarero de un bar al enemigo más peligroso. Todos ellos, en una ambientación que recuerda a las películas de gangsters, aderezada con una versión muy particular del fenómeno zombi.
En cuanto a la temática zombi, muchos os preguntaréis sobre qué podría encontrarse en este libro y la presencia que tienen en la ambientación. Obviamente, el protagonista es un zombi, y es todo un acierto por parte del autor alejarse de los clichés argumentales que tanto abundan en películas y literatura donde aparecen estos seres sobrenaturales. Es más, en mi opinión, más que alejarse, aprovecha las oportunidades argumentales inexploradas que los zombis brindan, siempre en consonancia a su ambientación mafiosa y sin recargarnos de su presencia, pues esta novela no deja de centrarse en los casos que recibe Stone.
Tom Z Stone (The fool on the hill) goza de una buena cantidad de capítulos muy llevaderos e interesantes, y la gran mayoría están escritos principalmente desde el punto de vista de Stone, predominando la primera persona frente a algún uso aislado en tercera. La obra en su conjunto ofrece una lectura rápida y tremendamente adictiva, con una buena combinación entre narraciones y diálogos, pero siempre reforzada por el notorio sello de Joe Álamo. Si bien existen muchas normas o formas de proceder para mejorar el resultado final de un libro, a la vista está que Joe Álamo no las necesita, pues es un comunicador fuera de serie y su propia escritura es la encargada de captar la atención del lector desde las primeras palabras y mantenerlo expectante hasta finalizar el libro.
Sería un delito para mí finalizar esta reseña sin profundizar en Stone, un investigador privado de gran talento y un estilo muy particular. Gracias a sus grandes dotes, hasta la policía recurre a sus servicios y se maneja como pez en el agua entre sus contactos, chivatos, agentes del orden y maleantes. La narración por parte del autor ha propiciado que me introduzca en su piel a la perfección, transmitiéndome todas sus inquietudes y sintiéndome como uno de sus aliados, aspecto que refuerza con el brillante uso de la primera persona y el punto de vista de algunos personajes. En adición, he podido leer las aventuras de un hombre serio y solitario, pero tras su fachada de pocos amigos se atisba preocupación ante las injusticias que llegan a sus oídos y tiene un gran corazón (aunque no late porque es un zombi). Además, quiero resaltar su humor ácido e inteligente, unos chispazos que podrían pasar desapercibidos por muchos lectores que me han hecho esbozar alguna que otra sonrisa.
El gran y único inconveniente que he tenido con Tom Z Stone (The fool on the hill) es que me ha resultado demasiado breve, algo comprensible cuando se trata de una novela corta, pero teniendo en cuenta que en este libro se presenta con la leyenda cuando Tom no conocía a Mati, me he quedado con ganas de saber mucho más sobre Mati y su relación con Tom, al menos un par de capítulos largos dedicados al primer encuentro de ambos personajes. Además, me pregunto si algunos enemigos y aliados de esta novela corta podrían aparecer en la saga. Si hay algún culpable de esta sed de información que tanto recuerda al fin de temporada de una serie televisiva es Joe Álamo pero, por fortuna, tenemos el título que le sigue Tom Z Stone (versión Omnibus) editado por Cazador de Ratas, y estoy deseando saber qué encontraré en él.
Tom Z Stone (The fool on the hill) es una novela corta escrita con virtuosismo que atrapará a lectores de cualquier género, pues solo autores como Joe Álamo son capaces de utilizar una ambientación retrógrada de gangsters y convertirla en una obra fresca, estimulante e imperecedera. Aunque se trata de una precuela, no podría concebirse mejor carta de presentación para la saga que le precede, Tom Z Stone (versión Omnibus), y que todos querréis leer tras quedaros con la miel en los labios de The fool on the hill.
1 comentario:
Hoy el lunes no es un truño más. Gracias.
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