Título original: 22 Minutos Tibicenas
Autor: Álvaro Loman
Ilustrador: Sophia Isome
Género: Librojuego, multiaventura, juvenil, fantasía
Editorial: Carlinga (septiembre 2018)
Año: 2018
Origen: España
ISBN: 978-84-942225-9-7
Páginas: 283
Puntuación: 7,5
Reseña: En 22 Minutos Tibicenas encarnamos a un hombre que conduce en su coche de vuelta a casa tras una dura jornada laboral, hasta que encuentra en la carretera a una mujer misteriosa que le hace señas pidiendo ayuda. El hallazgo será el inicio de una pesadilla ambientada en Tejeda (Gran Canaria) donde nos espera un survival sobrenatural plagado de unas criaturas sedientas de sangre y fuego, donde solo con nuestras decisiones seremos capaces de salvarnos y detener la hecatombe que está punto de aflorar.
Antes de continuar el análisis del libro es muy importante que sepáis que se trata de un librojuego, y para quienes no conozcáis el formato os aclaro que se trata de un libro donde el lector es el protagonista. Conforme lo leemos, en lugar de pasar las páginas en la secuencia habitual, se proponen alternativas dentro de la historia como avanzar, esconderse, atacar… y, según la que elijamos, tendremos que desplazarnos a una determinada página. Los librojuegos son muy divertidos porque es imposible que obtengamos un happy ending en la primera lectura, y, por ello, repetiremos en muchas ocasiones, tratando de hallar el final que más satisfacción nos reporte, justo como la que se consigue cuando terminamos un videojuego.
Y ya que he mencionado el orgullo y satisfacción de finalizar un videojuego, 22 minutos Tibicenas guarda cierta relación con el mundillo del ocio tecnológico al incorporar logros conforme alcanzamos determinados hitos de la historia. Rindiendo un homenaje a los trofeos que tanto popularizaron los sistemas Xbox y PS3, los 25 logros que podremos alcanzar a lo largo de este librojuego, nos invitarán a leerlo más veces de lo que un título de este género sería capaz de conseguir, pues los logros son un buen indicador de lo que nos queda por descubrir en el librojuego y nunca querremos dejarlo en el tintero.
Mi experiencia de lectura con 22 Minutos Tibicenas ha sido muy variada y por ello he invertido más tiempo del previsto en leerlo. Por una parte, lo he disfrutado en solitario para ver si era capaz de alcanzar el mejor final posible. De otro lado, como me ha divertido mucho, se lo he leído a mi sobrina de diez años para ver sus reacciones y nos lo hemos pasado en grande porque en este título se muere con facilidad, de hecho hay varios tipos de muertes, y las partidas son muy cortas. Este librojuego está enfocado para un público de un rango de edad muy amplio, pues las partidas cortas contribuyen a que jóvenes lectores terminen un juego en una sola lectura y, por lo estimulante que les parecerá, se sentirán atraídos por probar nuevas combinaciones en sus decisiones. Y mi tercera experiencia de lectura ha sido con Bambú, aprovechando algún momento libre en casa para retarla hasta dónde es capaz de llegar o en qué muerte termina su personaje. La verdad es que ha sido una lectura muy gratificante donde no te fijas en la cantidad de páginas que te quedan por leer, sino en pensar cómo sería el mejor final que todos queremos alcanzar. Yo, por mi parte y en última instancia, plasmé en un folio la ramificación de caminos que el librojuego ofrecía para tomar en cada lectura una senda diferente.
En cuanto a 22 Minutos Tibicenas como obra literaria, está narrado en primera persona, siendo aspecto esencial para que nos metamos en la piel del protagonista y seamos dueños de sus decisiones. El lenguaje utilizado por el autor es medio alto y en referencia a su estilo de escritura, confieso que no estamos ante una obra de gran nivel, tampoco en cuanto al desarrollo en algunos de sus arcos argumentales, pero sí que merece un notorio distintivo gracias a su dinamismo, fluidez y, lo más importante, es tan adictivo que lo jugaremos en muchas ocasiones y en un periodo dilatado de tiempo.
En pos de proponer una lectura rápida, otro de los puntos fuertes es que el libro está pensado para jugarlo en tiempo real, de forma que cada página que leamos supone un minuto de la historia, la cual podría completarse en veintidos minutos, tal y como se indica en el título del librojuego. Como curiosidad, en la parte superior de cada página, un reloj nos recordará la hora a la que se está desarrollando la historia y nos servirá para saber lo próximo que estamos del mejor final.
Como elemento imprescindible en un librojuego, las ilustraciones desempeñan un papel fundamental, y las que componen este título son maravillosas pero me gustaría que contuviera más, pues consiguen entusiasmarnos cuando hallamos la representación de una de las escenas, o a alguno de esos animales de pesadilla que están siempre al acecho. Son de un dibujo artístico muy contundente, donde el artista se propone llenarlo de trazos en un trabajo muy minucioso que me recuerda a los mangakas que se regodeaan en muchas de sus escenas, sin uso de tramas, al más puro estilo del Junji Ito de Uzumaki o Kentaro Miura en su Berserk.
22 Minutos Tibicenas es uno de los títulos que aparecen para aportar un añadido a los librojuegos, gracias a un enfoque muy dinámico y rompedor, ligándolo con la posibilidad de conseguir trofeos en la lectura. Un título muy adictivo que invita a ser releído hasta que alcancemos el final que ansiamos.
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