Título original: Lo Zooablatore. L´invenzione che cambiò la historia
Autor: Sergio Olivotti
Ilustraciones: Sergio Olivotti
Género: Primeros lectores, infantil
Traducción: Manuel Manzano
Editorial: Picarona (mayo 2019)
Año: 2016
Origen: Italia
ISBN: 978-84-9145-267-6
Páginas: 80
Formato: Encuaadernación en cartoné. Páginas de papel de buen gramaje
Reseña: El zoohablador es un instrumento que lo cambió la historia. Con él se hizo posible la comunicación hablada entre animales y humanos y, como podéis imaginar, a partir de dicho descubrimiento, se crea una realidad paralela muy distinta a la actual.
Este libro es como un ensayo para jóvenes lectores en el que se propone una sociedad compuesta por humanos y animales que gracias a la comunicación bidireccional también imponen sus normas. Es muy divertido porque comienza con los diversos prototipos del invento del zoohablador hasta evolucionar a su versión definitiva. Durante el trayecto se cuentan montones de curiosidades de este aparato revolucionario, y contiene muchas ilustraciones que nos ayudan a vislumbrar todas las ideas tan desternillantes y disparatadas que propone su autor.
Es cierto que al inicio puede resultar algo extraño, pues no deja de ser un ensayo, y que te hablen de los inicios de un artilugio que todavía no conoces no deja de ser chocante. Una vez que ya tienes la idea bien forjada sobre el Zoohablador, todo son gags y risas. Como las hormigas que quieren conquistar la despensa, los animales que exigían tener un nombre y apellidos y, por supuesto, que se redactara unos Derechos y Deberes de los animales.
Otro de los grandes puntos fuertes de este libro son las ilustraciones. Son muy variadas y divertidas. Una de ellas es una portada de periódico en el que se anuncia una cucaracha que asciende a alcalde y promete que se deje de fregar bajo los muebles de las cocinas. Me parece un meritazo que el autor de El Zoohablador también sea el ilustrador. El dibujo en sí sigue una estética muy concreta, entre superficilidad cómica y una profundidad muy europea. En cambio, en lo que sí se permite mucha variedad es en los colores y materiales. Utiliza desde lápices a ceras e incluso rotulador de punta fina, según el dibujo. En cuanto a los colores, algunos son degradados de varios tonos mientras que otros son monocolor o usando un buen elenco con fondo blanco. Los fondos también tienen un estilo diverso, personalmente los que más me gustan son los de efecto acuarela o los estampados, pero comprendo que algunos sean completamente blancos para no restar protagonismo a los dibujos y el mensaje que quiere expresar.
Nuestra experiencia de lectura con nuestro hijo Darío ha sido un poco difusa. Darío tiene tres años y no ha podido comprender el concepto del zoohablador; no obstante, gracias a los dibujos se ha desatado su imaginación porque hay muchos, y él intentaba elucubrar una historia, buscando coherencia. También es demasiado pequeño para captar algunos gags, pues no conoce el comportamiento de muchos animales, pero estoy convencido de que este libro le encantará cuando sea mayor. Que nuestro hijo no haya cogido el concepto tampoco quiere decir que este libro deba desecharse, simplemente no es para su edad, pero a nosotros que somos muy fans de la literatura infantil nos ha encantado. Es uno de esos libros que guardas con cariño en la estantería, junto con joyas de la infancia como Dentro del laberinto, Las brujas o El Hobbit, porque es un libro que a nuestro hijo le gustará cuando pueda entenderlo, y siempre le evocará muy buenos recuerdos.
El Zoohablador es un ensayo infantil centrado en el descubrimiento de un artefacto que revolucionará la historia, pues hará posible la comunicación total entre humanos y animales. Una joya ilustrada que marcará la infancia de los más pequeños y que hará reír y disfrutar a sus mayores.
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