Manga: País de oro, país de agua
Título original: Kin no Kuni Mizu no Kuni
Tomo: único
Guión: Nao Iwamoto
Dibujo: Nao Iwamoto
Dibujo: Nao Iwamoto
Editorial España: Shogakukan
Puntuación: 6,5
Reseña: La historia se centra en dos países enfrentados que llegan a un
acuerdo de reconciliación en el que, cada cierto tiempo, la chica más guapa de un país tendrá
que casarse con el chico más inteligente del otro. Sin embargo, un año, ambos
países hacen trampas enviando un perro y un gato en su lugar.
Sara, que es una princesa del país A, se encuentra por casualidad con Naranbayar, un chico del país B, y aunque son de países muy diferentes acabarán entablando una curiosa amistad. Cuando nuestros protagonistas se dan cuenta de lo ocurrido, harán lo posible para evitar que sus países vuelvan a entrar en conflictos y guerras.
Este tomo único me ha sorprendido por su tono de humor, ya que no esperaba encontrar tantos gags divertidos. La trama gira en torno a las relaciones diplomáticas y políticas de dos países, siendo uno muy pobre y el otro muy rico. Aunque aborda conflictos políticos, me ha gustado esta historia por la ternura y bondad de sus protagonistas que buscan el bienestar del pueblo.
Otra de las tramas relevantes es el romance que surge entre la pareja protagonista. Me ha gustado que nazca de la amistad, de luchar por un objetivo común y enamorarse de la forma más natural posible que es el roce diario. Sara y Naranbayar me han parecido una pareja adorable, ya que juntos forman un dúo cómico muy explosivo, a la par que inocente, ya que su amor es muy puro y cristalino.
A su manera, País de oro, país de agua lanza su propia crítica social sobre asuntos medioambientales y ahorro de recursos. En la ciudad más próspera tienen un grave problema de escasez de agua debido al derroche, la riqueza y el consumismo, mientras que en la ciudad pobre tienen agua en abundancia. El trasfondo reflexivo es muy interesante, ya que extrapolado a nuestra vida real nos invita a pensar en cómo podríamos nosotros mismos a contribuir con el medio ambiente y no acabar como la ciudad de este manga.
En referencia al dibujo, este manga tiene fondos muy recargados y requiere de mucha atención para apreciar cada detalle arquitectónico, el entorno o la propia indumentaria de los personajes. En general, Nao Iwamoto tiene un estilo muy decoroso que me ha encantado, pero también dificulta la lectura, ya que contiene mucho texto y al superponerse con los dibujos, no se aprecia con nitidez. No obstante, el dibujo es precioso por recrear dos ciudades tan diferentes, con tantos detalles y unos fondos en los que perderse.
En definitiva, es un thriller político aderezado con comedia y romance recogido en un tomo único con un trasfondo reflexivo medioambiental muy interesante, ya que trata sobre la escasez de recursos y el gran problema que supone para la sociedad.
Sara, que es una princesa del país A, se encuentra por casualidad con Naranbayar, un chico del país B, y aunque son de países muy diferentes acabarán entablando una curiosa amistad. Cuando nuestros protagonistas se dan cuenta de lo ocurrido, harán lo posible para evitar que sus países vuelvan a entrar en conflictos y guerras.
Este tomo único me ha sorprendido por su tono de humor, ya que no esperaba encontrar tantos gags divertidos. La trama gira en torno a las relaciones diplomáticas y políticas de dos países, siendo uno muy pobre y el otro muy rico. Aunque aborda conflictos políticos, me ha gustado esta historia por la ternura y bondad de sus protagonistas que buscan el bienestar del pueblo.
Otra de las tramas relevantes es el romance que surge entre la pareja protagonista. Me ha gustado que nazca de la amistad, de luchar por un objetivo común y enamorarse de la forma más natural posible que es el roce diario. Sara y Naranbayar me han parecido una pareja adorable, ya que juntos forman un dúo cómico muy explosivo, a la par que inocente, ya que su amor es muy puro y cristalino.
A su manera, País de oro, país de agua lanza su propia crítica social sobre asuntos medioambientales y ahorro de recursos. En la ciudad más próspera tienen un grave problema de escasez de agua debido al derroche, la riqueza y el consumismo, mientras que en la ciudad pobre tienen agua en abundancia. El trasfondo reflexivo es muy interesante, ya que extrapolado a nuestra vida real nos invita a pensar en cómo podríamos nosotros mismos a contribuir con el medio ambiente y no acabar como la ciudad de este manga.
En referencia al dibujo, este manga tiene fondos muy recargados y requiere de mucha atención para apreciar cada detalle arquitectónico, el entorno o la propia indumentaria de los personajes. En general, Nao Iwamoto tiene un estilo muy decoroso que me ha encantado, pero también dificulta la lectura, ya que contiene mucho texto y al superponerse con los dibujos, no se aprecia con nitidez. No obstante, el dibujo es precioso por recrear dos ciudades tan diferentes, con tantos detalles y unos fondos en los que perderse.
En definitiva, es un thriller político aderezado con comedia y romance recogido en un tomo único con un trasfondo reflexivo medioambiental muy interesante, ya que trata sobre la escasez de recursos y el gran problema que supone para la sociedad.
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