Autor: Jesús Gordillo
Género: Terror
Editorial: Ediciones el transbordador (marzo 2018)
Cubierta: Fidel Martínez Nadal
Año: 2018
Origen: España
ISBN: 978-84-947701-5-9
Páginas: 256
Puntuación: 8,5
Reseña: Alejandra es una geóloga española que ha conseguido una beca para formar parte de un equipo de investigación asentado en un pueblecito de Noruega, del cual destaca Mathias Matafocas como el habitante más duro, despreciable e incorregible. Matafocas vigila sin descanso para dar caza a Ella, un ser misterioso y peligroso oculto entre nieve, bosque y mar. Mientras Alejandra inicia una nueva vida en una casa alquilada, retirada en un bosque, Ella regresa a la actividad tras una prolongada ausencia.
En esta reseña quiero destacar la evolución del género de terror a lo largo de Dioses, fantasmas o demonios y con respecto a sus personajes. No se trata de un título que comienza sumergiendo al lector en grandes dosis de terror, sino que fluye poco a poco, como una pequeña brisa que acaba transformándose en un huracán. El inicio está cargado de misterio con Alejandra que emprende un viaje hacia un pueblo nevado, perdido de las manos de Dios. Y este misterio no es por el viaje en sí hacia un lugar inhóspito de climatología tan adversa, sino por la causa que lo origina, ya que la joven es de familia adinerada y parece estar movida por una motivación distinta al dinero, al espíritu aventurero o su mejora de currículum; simplemente, un desgarrador pasado que nos mantiene en ascuas hasta ser desvelado, la empuja a ello.
Por otra parte, el personaje de Matafocas será el encargado de preparar el terreno con matices de lo paranormal, al mostrarse tan obsesionado por localizar a Ella y lamentarse por el último encuentro con dicho ser indefinido. Pero Matafocas también cumple una función fuera del género de terror, pues podríamos considerarlo como la figura más parecida al loco del pueblo, suministrándonos grandes dosis de fanfarronería, tozudez, provocaciones y, a su manera, diversión. La verdad es que se trata de un personaje deleznable como persona pero como componente de un libro es todo un acierto por parte del autor para crear un pequeño cambio de registro y que los lectores viajen a un argumento inesperado y esencial para convertir el título en una obra heterogénea.
En cuanto al conserje y alcalde, son los encargados de inyectar dosis de cordura a Alejandra mientras nos van descubriendo que el pueblo en el que viven es un cúmulo de secretos y leyendas de las que sus habitantes prefieren callar. Cuando la rueca argumental comienza a trabajar, se hilarán elementos que comienzan a suponer un terror psicológico de primera clase donde escenarios helados, prolongadas noches noruegas, aislamiento ante el fuerte temporal, escasa comunicación de infraestructura y la soledad de la vivienda, juegan un papel fundamental que Jesús Gordillo combina a la perfección, usando las vivencias de Alejandra como medio transmisor.
Aunque muchos pensaréis que el terror recae sobre el ser Ella, pues es el origen de todo, será Alejandra quien experimenta de primera mano gran parte de los horrores que el libro nos tiene preparado, aderezados con una historia desgarradora de su pasado que regresa para visitarla. Por ello, también veo conveniente incluir como personajes fundamentales a todo lo que rodea a Alejandra, como sus principales compañeros de trabajo, al propio pueblo noruego y hasta la casa donde se hospedará.
El libro está dividido en dos partes compuestas por capítulos fragmentados en descansillos numerados. Esto propicia que cualquier tipo de lector, hasta el menos habituado, pueda disfrutar del libro en cualquier hueco o tiempo libre que disponga. Además, la escritura adoptada por Jesús Gordillo es maravillosa, siendo capaz de transmitirnos todas las acciones y escenarios sin recargarnos de palabras, con un estilo directo y unas descripciones muy visuales. En su constante búsqueda de una lectura ágil e interesante, el autor recurre a la narración a dos voces por parte de Alejandra y Matafocas, presentadas en capítulos alternos. En este sentido, pensé que esta narración quería decir que, muy pronto, las historias de Matafocas y Alejandra se cruzarían pero este hecho se hace desear. Por otra parte, me ha sorprendido que esté narrado en tercera persona del presente, algo que me encantó porque logra alcanzar un enfoque tan objetivo como si recurriese a la primera persona.
Si tuviera que mencionar aspectos que menos me hayan gustado del libro creo que solo citaría la recta final pues, aunque está muy bien, con el ritmo tan trepidante que obtiene en su último tramo, siempre desde mi punto de vista y sin ánimos de ofender, me hubiera gustado que incluyera algo más de acción y horror en uno de sus puntos álgidos.
En definitiva, Dioses, fantasmas o demonios es una novela de un terror evolutivo que cobra fuerza e intensidad conforme avanza, aportando dosis de misterio, paranormal, terror e incluso horror. Un libro que supone todo un alarde de manejo argumental, ambientación e historias personales, transportándonos hacia un terror de alto nivel. Muy recomendable.
2 comentarios:
Pues este se viene a mi lista sin pensarlo dos veces :-)
Besos.
Hola.
Hace mucho que no leo un libro de terror y la verdad es que ya me va apeteciendo y es que encima este lo he estado viendo en vuestro instagram y no dejaba de llamarme la atención, tengo que ver la manera de poder darle una oportunidad.
Muchos besos.
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