Hoy os traemos una entrevista de un autor muy importante para nosotros porque hemos tenido la suerte de seguir su trayectoria literaria desde su primera novela y le hemos cogido un cariño muy especial. Aprovechando que su último trabajo, «En la palma de su mano», cumple un año de su publicación en septiembre, queremos compartir con vosotros algunas de nuestras inquietudes con sus trabajos y, por qué no, saber un poco más del autor.
Bienvenido, Carlos. Es un honor para nosotros tenerte por aquí.
El honor es recíproco, encantado de estar con vosotros y con vuestros lectores.
Tres, dos, uno ¡¡Comenzamos!!
Hablemos de tu novela corta «En la palma de su mano», en la que se practica la quiromancia mientras el protagonista comparte conocimientos y habla de términos como la dermatoglifia. ¿Cómo te has documentado al respecto?
La documentación es importante para dar profundidad e interés a los personajes, todos tenemos aficiones y nuestras creaciones literarias no pueden ser menos. Por suerte, internet facilita las cosas una barbaridad. También me compré un libro sobre quiromancia que estudié con atención. Ahora Moisés, mientras mi libro exista, sabrá mucho del tema de la lectura de manos y de otras artes parapsicológicas, pero yo ya lo he olvidado casi todo.
Los personajes principales tienen un nivel cultural considerable y, por los temas que tratan, pienso que son reflejos de tu personalidad. ¿Hasta qué punto lo son?
Sí, debido a ese nivel, tuve que hacerles universitarios y con trabajos relacionados con la cultura. Aunque lo anterior no garantiza ni mucho menos ese nivel alto de cultura, al menos lo facilita. Moisés incluso estudió filosofía como hice yo, pero me gusta pensar que el personaje que más se parece a mí es Arturo Coe, atravesado como está por una vena literaria que vertebra su vida. También quiero pensar que a él le va un poco peor que a mí. En fin, claro que hay reflejos, pero lo divertido es que estén distorsionados, que el propio escritor pueda jugar con las semejanzas y las diferencias, que ni siquiera él mismo tenga claro los límites.
Frente a tus dos publicaciones anteriores, con este libro decides realizar un cambio contundente de ambientación y estilo, saltando de la detallada fantasía épica a la novela corta de género. ¿Por qué?
Mis primeras novelas respondían en parte a un homenaje. Me inicié con la literatura fantástica, con Tolkien, y quería en parte rendirle pleitesía. También coincidió con el redescubrimiento del género en las obras del polaco Andrzej Sapkowski (con su saga Geralt de Rivia) y del archiconocido G.R.R. Martin. Ellos me mostraron con claridad que la fantasía épica no tiene que ser una mera lucha de buenos contra malos. La complejidad de las temáticas que tratan (historia, violencia, sexo), el desarrollo de sus personajes y por supuesto la aventura, la intriga y la acción, convierten sus obras en literatura de primer nivel. Y quería hacer algo parecido. Hay quien dice que lo he conseguido y sobre gustos...
¿Por qué el salto? Consideré que con la bilogía del Círculo Profético había cerrado la etapa, ese tributo del que hablaba antes. Por otra parte nació en mí el embrión de lo que luego sería mi tercera novela, tiré y tiré del hilo, y así llegó En la palma de su mano.
¿Por qué has elegido Madrid como ambientación?
Desde hace muchos años quería vivir en Madrid. Nací en Guadalajara, pero a pesar de estar casi al lado, apenas pisé la capital hasta la universidad. Cuando estudié aquí tampoco la convertí en mi casa, iba y venía todos los días de mi ciudad a la capital. Luego la rueda me llevó lejos y cuando por fin me decidí a venirme a vivir aquí, comenzaba la novela. Sus escenarios me vinieron perfectos para encarnar lo que quería contar. Fue una decisión fácil.
Si «En la palma de su mano» fuera una película, ¿quiénes serían tus actores principales? ¿y el director?
Creo que tengo un estilo narrativo bastante fílmico, supongo que mi pasión por el cine se filtra en lo que escribo. Sin embargo, no les he puesto caras de actores ni de actrices a mis personajes. Dejaría esa labor para el director. Y si pudiera elegir aquí, me quedaría con Nacho Vigalondo, me encanta su estilo desenfadado pero cargado de ideas. Su cortometraje 7:35 de la mañana, con el que optó al Oscar, es fantástico, y películas como Collosal, donde mezcla temas imposibles (demostrando el axioma borgiano de que no hay personajes imposibles), dan muestra de un talento nacional magnífico. Definitivamente me encantaría que este tipo dirigiera mi novela.
¿Por qué acabas con un sello de autopublicación cuando este título podría estar perfectamente con otras editoriales?
Después de mis dos primeras novelas en un sello editorial independiente, Bohodón, donde por cierto me han tratado estupendamente, quería buscar un nuevo proyecto editorial en busca de mayor visibilidad. Mentiría si no dijera que intenté publicar en los grandes sellos, pero me dieron un «No» muy educado por respuesta. Entonces vi la opción donde he publicado y me lancé. Quizá pequé de impaciente, pero mi segundo libro, Reyes y Guerra, llevaba más de dos años publicado, En la palma de su mano me quemaba desde hacía tiempo y necesitaba pasar a mi siguiente proyecto. El mundo editorial es un laberinto y es difícil encontrar una salida. Más todavía, una salida con la que te encuentres plenamente satisfecho. Ahora me pregunto cuál será mi próximo intento para conseguirlo, espero acercarme al menos a la salida.
Ahora que En la palma de su mano lleva casi un año publicado, ¿podrías evaluar tu experiencia con este título y aportarnos algún detalle sobre sus ventas cosechadas?
La experiencia ha sido muy positiva, aunque si dijera que me harté a vender, sería mentir. ¿Por qué ha sido tan positiva entonces? Pues principalmente por dos motivos. El primero, porque he recibido buenas críticas de quienes me han leído. De hecho, la mayoría se ha quedado con ganas de más y me han dicho que les hubiera gustado que la novela hubiese sido más larga, lo que no me parece una mala señal. Y en segundo, porque cuando tienes que currártelo tú solo especialmente, compruebas que cada lector es un tesoro, que cada persona a la que no conoces pero confía en ti a la hora de apostar por tu novela, se merece el mayor de los respetos. En estos tiempos vender literatura es una tarea titánica, los grandes escritores han visto reducidos sus números de manera drástica, así que imagina quienes intentamos sacar la cabeza fuera del agua de ese mar proceloso que es la lista de ventas, sin tener detrás grandes campañas de marketing.
La mayoría de mis ventas han llegado gracias a mi página de Twitter, donde trato de centrarme en literatura y no caer en el ruido de fondo que a menudo sacude al pájaro azul. A través de mi cuenta he llevado campañas de promoción, no tan constantes quizá como debería, pero en cualquier caso siempre sinceras y personales, donde he forjado lectores que en la mayoría de los casos me han recompensado luego con su visión de la lectura que me hicieron. Todas esas críticas y esas opiniones son muy valiosas para mí y las tengo en cuenta para futuros proyectos. El trato tan directo con mis lectores creo que me hace mejor escritor, qué más puedo pedir.
Una portada muy evocadora. Háblanos de ella. ¿Quién la ha hecho? ¿La solicitaste así?
La portada la hicieron desde la editorial, me preguntaron si tenía en mente algún concepto y les dije que quería que apareciese una mano (no recuerdo si como hubiera sido lógico especifiqué que fuera la palma) y Madrid. El resultado es el que veis y debo decir que en este caso sí estoy muy satisfecho.
Sin destrozar el final de tu libro, ¿has encontrado lectores con diversas interpretaciones del desenlace?
Sí, y me alegro de ello, era lo que pretendía. Me gustan mucho los finales abiertos, se asemejan a la vida. También me gusta que el lector tenga que poner de su parte, que no lo tenga todo hecho, que deba reflexionar y tomar partido. Yo tampoco tengo la respuesta definitiva, esa es una de las virtudes de la literatura, los personajes cobran vida al margen de su creador, son unos puñeteros, uno escribe en parte para convertirse en dios y ni siquiera así lo consigue; tus criaturas se te rebelan.
¿En qué te inspiraste para escribir «En la palma de su mano»? ¿Cómo surgió la idea?
No tengo una respuesta concreta que darte. De adolescente me hice bastante friki del mundo paraspsicológico, luego una vena muy sana de escepticismo me recorrió, pero algo queda y en cualquier caso me resulta un mundo atractivo. Por otra parte y, como ya desarrollé en mis primeras dos novelas, me obsesiona el tema del choque que se produce entre los conceptos del destino y de la libertad. Así que el que Moisés lea las manos a sus amigos y luego trate de enfrentarse a lo que ha visto, viene a ser una nueva visita a esa obsesión. A mí me gusta apostar por la libertad, pero hay que reconocerle al destino que es un buen rival.
Si en la palma de su mano fuera un disco de música, ¿cuál sería?
En los capítulos donde se celebra la fiesta en la que Moisés termina leyendo las manos a sus amigos, hay una buena banda sonora. Pero son grupos extranjeros, yo soy más del rock nacional y de cantautores como Sabina. Por darte una respuesta concreta y aunque no creo que haya mucha relación entre el disco y mi novela, me quedaría con La llamada, un disco maravilloso de Ismael Serrano.
¿Y si solo fuera una canción?
Welcome to the jungle, de los Guns N' Roses, esta sí que aparece en la fiesta y el título es una magnífica metáfora de nuestras grandes ciudades.
Si tu bilogía el Círculo profético fuese un grupo de música, ¿cuál sería?
Extremoduro. Cuando empecé a leer de adolescente, también empecé a escuchar música. Recuerdo con cariño y nostalgia que mientras leía El Señor de los Anillos escuchaba de fondo la música de Los Suaves o de Extremoduro, todavía hoy, si escucho los discos antiguos de Robe, veo a los hobbits o a Aragorn en sus andanzas camino de Mordor.
Cuando creas algún personaje, y en esto me refiero a tus tres novelas publicadas, ¿usas como modelo la apariencia física de algún familiar, amigo o famoso?
Hasta ahora no he utilizado para mis personajes la apariencia física de ningún famoso, ni de ningún amigo, ni de ningún familiar. Por suerte no agotaste todas las opciones, mi respuesta habría tenido que ser distinta. En cualquier caso mi forma típica de crear surge de sumas conscientes e inconscientes de rasgos, gestos, caracteres, que me resulten interesantes.
¿Puedes avanzarnos si estás trabajando en algún nuevo proyecto?
Claro. Estoy acabando la primera fase del manuscrito de mi cuarta novela. Creo que tengo hasta el título definitivo, y eso que suele ser lo último en salir del horno. Si no cambian las cosas se llamará La guillotina dorada, transcurre también en Madrid, dentro de un par de años y me utilizo a mí (mi biografía más bien) como personaje. La novela tratará de un club donde un autoproclamado rey impone a sus súbditos una serie de pruebas, ¿por qué estos le obedecen, hasta dónde están dispuestos a llegar para logar qué (hasta dónde lo haríamos cada uno de nosotros)? Son las preguntas que vertebran la obra.
El mundo de la escritura es un caos ¿alguna mala experiencia y otra buena que compartir?
Las malas experiencias que he tenido no han sido por suerte lo suficientemente malas como para mencionarlas. En cuanto a las buenas, que la gente te diga que es importante lo que han encontrado al leerme, que el tiempo que invierten en mí sea significativo para ellos.
También es muy buena la experiencia surgida a raíz de un máster que hice en el Hotel Kafka de Madrid, allí tuve muy buenos profesores, y parte del grupo de alumnos al finalizarlo (junto a otros amigos que se sumaron posteriormente), fundamos Habitación 13, un club de escritura y lectura donde nos reunimos cada mes para hablar sobre un libro propuesto previamente, y para comentarnos relatos y textos que hemos escrito en torno a un tema.
En cualquier caso debo apuntar que la literatura me cambió la vida, sin ella sería otra persona radicalmente distinta, no sé si mejor o peor, pero como no tengo otra opción, me quedo con la que tengo. Como me gusta decir, la literatura es la mentira en la que más creo. Así las cosas, solo puedo hablar maravillas de la literatura.
¿Con qué edad decidiste abandonar Guadalajara y cómo acabaste en Madrid? ¿Has vivido en otras provincias?
A los 25 y con la carrera de filosofía terminada me fui a vivir a Berlín. Allí estuve un año muy intenso. Luego regresaría a Guadalajara durante un año para volver a Alemania, a Colonia, durante otros seis meses más. Ya de nuevo en España, acabé en la localidad Aranjuez y seis años más tarde por fin di el salto definitivo a Madrid.
¿Cuál es tu profesión actual?
Este mes de septiembre hago nueve años como educador social en una residencia infantil de Aranjuez. Trabajo con niños y adolescentes en riesgo de exclusión social.
Además de la escritura y lectura, ¿tienes más aficiones?
Claro, me encanta el cine, viajar, salir a correr, la cerveza con una buena conversación… No es la historia de mis aficiones un relato apasionante.
Si tuvieras libertad total para escoger un ilustrador para la portada de tu próximo libro, ¿quién elegirías?
Con esa libertad de la que hablas por qué no elegir al fotógrafo Chema Madoz. No estaría tampoco nada mal contar con Jaime Sanjuan, un artista que pinta sus ilustraciones de un modo muy particular, pero sobre todo magistralmente. Recomiendo a los lectores que si no conocen la obra de estos dos artistas gráficos, echen un vistazo a lo que hacen.
Supongo que tendrás una buena cantidad de influencias literarias. ¿Puedes citarnos algunos autores preferidos?
Siempre tendré a Tolkien y a Dostoievski en un lugar muy destacado, con ellos me enamoré de la literatura y comprobé sus infinitas posibilidades. En los últimos cinco o seis años he trabado relación con dos autores por encima del resto, Enrique Vila-Matas y el recientemente fallecido Philip Roth. Houellebecq es otro escritor actual que me encanta. Me gusta pensar también que Proust, James Joyce, Cervantes, Tolstoi… están en mí de alguna manera. Pero no quiero sonar demasiado pedante (sospecho que ya es tarde) y dejaré la lista ahí.
Con independencia de si te haya gustado o no, dinos qué libro conservas con mayor cariño en tu estantería. ¿Por qué?
No podría quedarme con uno solo, eso sería como elegir entre papá y mamá, entre uno de los hijos, y por el momento no me veo en esa tesitura.
Pues en nuestra biblioteca siempre habrá un hueco especial para tus libros y, siempre que podamos, será un honor para nosotros leerlos. Muchísimas gracias por dedicarnos tu tiempo. Estamos convencidos de que tus inicios fueron duros porque no eran tiempos propicios para el noble arte de la escritura, pero eres un luchador, un superviviente nato y no dejas de adaptarte y resistir el envite de cada cambio. Solo es cuestión de tiempo verte de la mano de un sello editorial que nada tenga que ver con la autopublicación o coedición.
Muchas gracias a vosotros y a vuestra labor, pues visibilizáis escritores y eso hace de la literatura un paisaje más abierto. Si os apetece, tenéis la puerta abierta para cuando llegue mi próxima novela.
Un abrazo, amigo!!
Abrazo de vuelta.
1 comentario:
¡Hola!
Es una bonita oportunidad la de entrevistar a un autor al que admiras. Yo no he leído su libro pero valoro mucho el esfuerzo y trabajo que cuenta que ha puesto en él. Ha sido inspirador.
Un beso
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