Libro: El mago de Oz
Título original: Le magicien d´Oz
Autor: Sébastien Perez
Idea original: L. Frak Baum
Traducción: Isabel Soto
Ilustraciones: Benjamin Lacombe
Género: Cuentos ilustrados, fantasía
Editorial: Edelvives (2018)
Año: 2018
ISBN: 9788414016930
Páginas: 128
Puntuación: 8
Reseña: Estamos ante una nueva edición ilustrada de El mago de Oz adaptada por Sébastien Perez con el arte de Benjamin Lacombe publicada por la editorial Edelvives. Además, este título forma parte de la colección Clásicos ilustrados bajo la direción artística de Benjamin Lacombe junto con los títulos Pulgarcita y Las aventuras de Pinocho.
La historia se centra en cuatro personajes que emprenden un largo viaje para pedirle un deseo al gran mago de Oz. Dorothy quiere volver a Kansas, el Espantapájaros desea un cerebro, el hombre de hojalata anhela un corazón y el león solicitará valor. Siguiendo el camino de baldosas amarillas, este grupo tan pintoresco tendrá que sortear peligros, conocerá a los habitantes de este mundo de fantasía y visitará la maravillosa ciudad esmeralda.
Estamos ante una adaptación del famoso clásico de L. Frank Baum con la peculiaridad de que la historia está narrada desde el punto de vista del Espantapájaros. Habiendo leído El mago de Oz, debo admitir que esta nueva versión me ha gustado muchísimo más que el original porque se despoja de algunas escenas pesadas, resultando una novela más ligera, directa y fluída. Lo mismo ocurre con los personajes, en esta reinterpretación se fomenta la unión de la amistad y el compañerismo frente a los deseos individuales. Cuando leí la versión original, debo admitir que me decepcionó un poco las actitudes de los personajes, ya que tenía muy interiorizado el recuerdo de la película y en formato papel su comportamiento me resultó algo egocéntrico.
En cuanto a historia, la premisa y desarrollo son exactamente iguales que su versión original, pero sí que hay escenas de enfrentamientos o encuentros con otros personajes que se suprimen o simplemente se simplifican. En su conjunto, me ha encantado esta adaptación porque es muy sencilla y está narrada de forma muy poética, pero me han faltado más escenas de acción. No obstante, las descripciones del mundo de fantasía son muy sutiles, delicadas y recrean a la perfección toda esa magia y lujo que desprende cada rincón de Oz.
Bajo ese velo de fantasía, El mago de Oz es un libro con múltiples capas de lectura, ya que además de mostrarnos un esplendoroso mundo mágico, también transmite muchos valores positivos como son la amistad, la bondad y la confianza en nosotros mismos. No obstante, me ha resultado muy curioso que al final se incluye una nota explicando que esta novela también oculta una metáfora y una acerba crítica a la sociedad norteamericana de la época, en respuesta a la ley monetaria de 1873, en la que se desvalorizó la plata al reconocer y favorecer solo el oro. Otra curiosidad es que se censuró el libro por apología a la brujería.
Como cuento ilustrado, El mago de Oz goza de una edición exquisita en tapa dura, con una calidad de papel soberbia y unas ilustraciones en tonos metalizados que son una auténtica locura. De la mano de Benjamin Lacombe, los dibujos que acompañan esta edición tienen un estilo muy personal, taciturno, cálido y apacible. Tal y como se indica en las notas finales, el uso de colores no es una elección fortuita, sino que predominan los tonos verdes para reflejar esa sociedad capitalista obsesionada por los billetes.
En definitiva, El mago de Oz ilustrado es una novela de fantasía con una narrativa muy visual que además de aventuras, amistad y acción, fomenta valores muy positivos y tiene un trasfondo metafórico impresionante. Un clásico para paladear con las maravillosas ilustraciones de Benjamin Lacombe que son pura magia.
Otras reseñas relacionadas:
- El mago de Oz
- Historias mágicas de Oz
La historia se centra en cuatro personajes que emprenden un largo viaje para pedirle un deseo al gran mago de Oz. Dorothy quiere volver a Kansas, el Espantapájaros desea un cerebro, el hombre de hojalata anhela un corazón y el león solicitará valor. Siguiendo el camino de baldosas amarillas, este grupo tan pintoresco tendrá que sortear peligros, conocerá a los habitantes de este mundo de fantasía y visitará la maravillosa ciudad esmeralda.
Estamos ante una adaptación del famoso clásico de L. Frank Baum con la peculiaridad de que la historia está narrada desde el punto de vista del Espantapájaros. Habiendo leído El mago de Oz, debo admitir que esta nueva versión me ha gustado muchísimo más que el original porque se despoja de algunas escenas pesadas, resultando una novela más ligera, directa y fluída. Lo mismo ocurre con los personajes, en esta reinterpretación se fomenta la unión de la amistad y el compañerismo frente a los deseos individuales. Cuando leí la versión original, debo admitir que me decepcionó un poco las actitudes de los personajes, ya que tenía muy interiorizado el recuerdo de la película y en formato papel su comportamiento me resultó algo egocéntrico.
En cuanto a historia, la premisa y desarrollo son exactamente iguales que su versión original, pero sí que hay escenas de enfrentamientos o encuentros con otros personajes que se suprimen o simplemente se simplifican. En su conjunto, me ha encantado esta adaptación porque es muy sencilla y está narrada de forma muy poética, pero me han faltado más escenas de acción. No obstante, las descripciones del mundo de fantasía son muy sutiles, delicadas y recrean a la perfección toda esa magia y lujo que desprende cada rincón de Oz.
Bajo ese velo de fantasía, El mago de Oz es un libro con múltiples capas de lectura, ya que además de mostrarnos un esplendoroso mundo mágico, también transmite muchos valores positivos como son la amistad, la bondad y la confianza en nosotros mismos. No obstante, me ha resultado muy curioso que al final se incluye una nota explicando que esta novela también oculta una metáfora y una acerba crítica a la sociedad norteamericana de la época, en respuesta a la ley monetaria de 1873, en la que se desvalorizó la plata al reconocer y favorecer solo el oro. Otra curiosidad es que se censuró el libro por apología a la brujería.
Como cuento ilustrado, El mago de Oz goza de una edición exquisita en tapa dura, con una calidad de papel soberbia y unas ilustraciones en tonos metalizados que son una auténtica locura. De la mano de Benjamin Lacombe, los dibujos que acompañan esta edición tienen un estilo muy personal, taciturno, cálido y apacible. Tal y como se indica en las notas finales, el uso de colores no es una elección fortuita, sino que predominan los tonos verdes para reflejar esa sociedad capitalista obsesionada por los billetes.
En definitiva, El mago de Oz ilustrado es una novela de fantasía con una narrativa muy visual que además de aventuras, amistad y acción, fomenta valores muy positivos y tiene un trasfondo metafórico impresionante. Un clásico para paladear con las maravillosas ilustraciones de Benjamin Lacombe que son pura magia.
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