Cuento: Cómo asustar a un fantasma
Autores: Jean Reagan (Texto), Lee Wildish (ilustraciones)
Género: Cuentos, infantil, halloween
Editorial: Picarona (octubre 2020)
ISBN: 978-84-9145-410-6
Páginas: 32
Formato: Encuadernación cartoné, páginas de papel
Reseña: Cómo asustar a un fantasma no es un cuento al uso, sino un manual que nos ayuda a identificar a dichos seres espeluznantes por sus características tan especiales y mostrarnos lo divertido que puede ser tenerlos como amigos.
Ambientado en Halloween, este cuento además de enseñarnos a qué les gusta jugar a los fantasmas, también se centra en las distintas actividades que se hacen en esta época tan terrorífica del año. Decorar calabazas, disfrazarse, hacer bizcochos o el típico truco o trato son algunas de las prácticas más populares; por ello, nos ha parecido un título idóneo para primeros lectores, ya que es una forma de acercarles a esta festividad y conozcan las tradiciones.
Este cuento lo leímos con nuestros hijos Darío y Arya, de cuatro y dos años, respectivamente. Fue una lectura de Halloween, lo cual nos vino fenomenal para contarles qué se suele hacer ese día. Al ser tan pequeños, a nuestros hijos les daba miedo los monstruos, brujas, fantasmas o zombies, por ese motivo agradecemos enormemente que el tono de este título sea tan divertido. Al fin y al cabo, no tienes porqué vivir Halloween entre sustos, sino divirtiéndote.
Aparte de enfocarse en juegos cotidianos con los que los niños pueden empatizar, también nos habla de amistad, de cómo pasarlo bien con un fantasma y compartir risas y juegos. En ese sentido, es una obra que fomenta los juegos tradicionales como el escondite, saltar o ir al parque.
En referencia al apartado gráfico, tiene colores muy frescos, lo cual viene muy bien para romper con lo tétrico y oscuridad a la que asociamos Halloween. Resulta muy divertido ver cómo el color naranja tiene cierto protagonismo y la iluminación de los entintados es más que correcta. Por otra parte, el dibujo es muy bueno porque el escenario y los personajes están bien conseguidos. Además, este es uno de los pocos cuentos en los que me ha llamado la atención encontrar el uso de un plano picado y que en las ilustraciones se hayan trabajado las tres dimensiones en algunos objetos del entorno. Pese a lo anterior, como suele suceder en muchos cuentos e incluso cómics, también veremos páginas menos detalladas, con fondos lisos para que la atención se centre en los personajes.
Otra de las características es su escaso texto que acompaña muy bien las imágenes. Leer un cuento así es muy llevadero para los pequeños lectores, pues no se aburren cuando narramos y se pueden pasar las páginas con cierta rapidez mientras se les muestra las imágenes. Además, al tratarse de textos cortos, también pueden animarse a leerlo por sí solos e incluso tratar de identificar palabras escritas.
En definitiva, Cómo asustar a un fantasma es un manual muy divertido para convertirte en un experto en fantasmas. Un cuento fresco, ameno y colorido para acercar esta festividad a los más pequeños de la forma más sencilla y alegre.
Ambientado en Halloween, este cuento además de enseñarnos a qué les gusta jugar a los fantasmas, también se centra en las distintas actividades que se hacen en esta época tan terrorífica del año. Decorar calabazas, disfrazarse, hacer bizcochos o el típico truco o trato son algunas de las prácticas más populares; por ello, nos ha parecido un título idóneo para primeros lectores, ya que es una forma de acercarles a esta festividad y conozcan las tradiciones.
Este cuento lo leímos con nuestros hijos Darío y Arya, de cuatro y dos años, respectivamente. Fue una lectura de Halloween, lo cual nos vino fenomenal para contarles qué se suele hacer ese día. Al ser tan pequeños, a nuestros hijos les daba miedo los monstruos, brujas, fantasmas o zombies, por ese motivo agradecemos enormemente que el tono de este título sea tan divertido. Al fin y al cabo, no tienes porqué vivir Halloween entre sustos, sino divirtiéndote.
Aparte de enfocarse en juegos cotidianos con los que los niños pueden empatizar, también nos habla de amistad, de cómo pasarlo bien con un fantasma y compartir risas y juegos. En ese sentido, es una obra que fomenta los juegos tradicionales como el escondite, saltar o ir al parque.
En referencia al apartado gráfico, tiene colores muy frescos, lo cual viene muy bien para romper con lo tétrico y oscuridad a la que asociamos Halloween. Resulta muy divertido ver cómo el color naranja tiene cierto protagonismo y la iluminación de los entintados es más que correcta. Por otra parte, el dibujo es muy bueno porque el escenario y los personajes están bien conseguidos. Además, este es uno de los pocos cuentos en los que me ha llamado la atención encontrar el uso de un plano picado y que en las ilustraciones se hayan trabajado las tres dimensiones en algunos objetos del entorno. Pese a lo anterior, como suele suceder en muchos cuentos e incluso cómics, también veremos páginas menos detalladas, con fondos lisos para que la atención se centre en los personajes.
Otra de las características es su escaso texto que acompaña muy bien las imágenes. Leer un cuento así es muy llevadero para los pequeños lectores, pues no se aburren cuando narramos y se pueden pasar las páginas con cierta rapidez mientras se les muestra las imágenes. Además, al tratarse de textos cortos, también pueden animarse a leerlo por sí solos e incluso tratar de identificar palabras escritas.
En definitiva, Cómo asustar a un fantasma es un manual muy divertido para convertirte en un experto en fantasmas. Un cuento fresco, ameno y colorido para acercar esta festividad a los más pequeños de la forma más sencilla y alegre.
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