Libro: Meddling Kids
Título original: Meddling Kids
Autor: Edgar Cantero
Traducción: Christian Rodríguez
Cubierta: Fran Mariscal Mancilla
Género: aventuras, fantasía oscura, Lovecraft, terror, detectives
Editorial: Insólita Editorial (enero 2021)
Año: 2017
Origen: España
ISBN: 978-84-121043-6-3
Páginas: 411
Puntuación: 8
Reseña: Tiempo atrás, un grupo de adolescentes dedicaban sus horas muertas de verano a desentramar misterios. Algunos de ellos eran sencillos y otros, dignos de que el grupo de amigos se hicieran un nombre conocido, merecieran el respeto del pueblo de Blyton y fueran noticia en el periódico local.
Muchos años más tarde, cuando ya son personas mayores y los miembros del grupo están mal haciendo sus vidas, deciden reencontrarse para resolver algo pendiente que dejaron en uno de sus casos resueltos. Tienen que regresar al pueblo de Blyton y descubrir si las sospechas y temores que les han atormentado durante años son ciertas y que algo oscuro y siniestro mora en una mansión abandonada. Ahora son adultos, valientes y están más preparados. Es hora de enfrentarse a su destino.
Meddling Kids es un título cuyos personajes nos recuerdan a las novelas juveniles y películas ochenteras donde un grupo de amigos viven verdaderas aventuras detectivescas como es el caso de Scooby Doo o Los cinco, entre otros. En mi caso, he estado leyendo este título imaginando que la historia se desarrolla como un guiño de lo que podría ser Scooby Doo en el futuro, con los protagonistas ya mayores. El estereotipo de los personajes es muy similar y la verdad es que me encanta el enfoque que Edgar Cantero ha sabido darles.
Kerri, la cerebro y guapa del grupo, trabaja de camarera en un bar. Andy, la que antaño era considerada como una marimacho, ahora es una tipa dura de armas tomar que incluso ha estado en el ejército y en la cárcel. Peter, el guaperas, se convirtió en un actor famoso hasta que un día decidió poner fin a su vida, y Nate está internado en un psiquiátrico. En cuanto al perro que acompañaba a la pandilla, el Scooby Doo del grupo, falleció por su edad y ahora está con ellos uno de sus descendientes más avispados.
Lo que antaño fue un grupo jóvenes de detectives, con la autoestima por las nubes y bien cohesionados, ahora falta uno de ellos y antes de embarcarse a la misión pendiente de Blyton, tendrán que lidiar con problemas internos que ni ellos mismos se esperaban. Me refiero a cuestiones como el liderazgo, los fantasmas del pasado, la homosexualidad, el miedo al fracaso, la muerte y los enfrentamientos internos. Desde este punto de vista, me ha parecido muy interesante y realista palpar cómo los adultos tenemos una visión muy distinta a la de los jóvenes. Por ejemplo, en nuestra adolescencia no nos preocupaba tanto cómo nos ganaríamos la vida y, sin embargo, había factores que podían dañarnos emocionalmente, como la pérdida de la amistad o las etiquetas.
Uno de los puntos fuertes de Meddling Kids es la misión que les espera a los protagonistas. Desde las primeras páginas se sospecha que tendrán que enfrentarse a alguna criatura a lo Lovecraft, y eso lo hace aún más interesante porque el maestro de Providence despuntaba por su horror cósmico, con criaturas que van muy por encima de los humanos y que poco puede hacerse contra ellas.
Me parece una combinación perfecta la hibridación de una novela detectivesca con un misterio que apunta a algo de terror. Además, hay que añadir el lenguaje adoptado por el autor y su maravilloso sentido del humor y sus guiños ochenteros. La narración está en tercera persona del pasado con un narrador omnisciente y resulta muy curioso cuando en algunas ocasiones recurre al género teatral para darle dinamismo, acción y frenesí a sus diálogos, y hasta nos ofrece algunas descripciones como si se estuviese rodando una película.
En cuanto al humor de Edgar Cantero, deciros que me ganó por completo. No solo por lo ochentero haciendo referencia a clichés, la viveza de sus palabras y hasta a videojuegos, sino porque realmente he conectado por completo con él y me lo ha hecho pasar realmente bien con sus ocurrencias. Además, pienso que este lenguaje de humor ácido es una clave esencial para que mentalmente volvamos a las raíces juveniles del grupo y también sintamos este título como una novela juvenil sutilmente incatalogable. Por otra parte, hay algo que no me ha terminado de gustar del humor por el tramo final del libro, que es cuando comienza a sospecharse que el grupo va pasar por un peligro extremo. Llegado a tal punto, el humor me chocaba y, sinceramente, me hubiera gustado que se dejara de lado hasta que se resolviera el caso o estuvieran todos a salvo y se pudiera recuperar el tono desenfadado.
Mi experiencia de lectura con Meddling Kids ha sido más que satisfactoria y la recomiendo a todo aquel que sienta un mínimo de interés por el argumento. Además, la considero una lectura obligada para los nostálgicos de aventuras juveniles de grupos de adolescentes, a fans de Scooby Doo, a los amantes de la década de los ochenta y, por supuesto, a los que tanto nos fascinan los géneros híbridos aderezados con terror.
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